«He perdido tres meses de mi vida esperándola», afirma en una entrevista Trevor Painter , entrenador de Keely Hodgkinson , la nueva reina del mediofondo a sus 22 años. Su falta de puntualidad es algo que despespera al técnico, pero dentro de la pista, la británica es un ejemplo de puntualidad. Fue plata en los 800 metros de los Juegos de Tokio con apenas 19 años y su progresión le ha convertido en la mejor especialista de las dos vueltas a la pista , inalcanzable para el resto de atletas. Hodgkinson, nacida en Atherton, en el cinturón del Gran Manchester , ha devuelto a Gran Bretaña el dominio en una especialidad de gran tradición 20 años después del doblete de Kelly Holmes en los 800 y los 1.500 metros de Atenas 2004. Su superioridad y su manejo de la situación sorprende para ser una atleta tan joven, pero es que es la mejor ahora mismo. Así de sencillo. Ya ha bajado más de treinta veces de los dos minutos , se maneja con total soltura por debajo de esa barrera, y este verano ha sido capaz de correr en 1.54.51 en la Diamond League de Londres. Si a eso le añadimos la desgracia de la estadounidense Athing Mu en los 'trials', donde se quedó sin poder viajar a París, el resultado es que Hodkingson no tuvo rival en la final de los Juegos. « Ser campeona olímpica es algo que ya nadie podrá quitarme », aplaudió la británica tras lograr su oro, su primer gran título después de ser segunda en Tokio y en los mundiales de Edmonton y Budapest . Hodgkinson pudo ser nadadora, porque sus comienzos fueron en la piscina, pero se dio cuenta de que su talento estaba en el atletismo . Empezó a correr en la escuela y una de sus mejores amigas, que por entonces también corría, es la futbolista del Manchester United, Ella Toone. Ahora forma parte de un grupo de entrenamiento formado por la pareja Trevor Paitner, antiguo jugador de rugby, y la exatleta Jenny Meadows, asentados en Wigan y encargados de dirigir la carrera de Hodgkinson y también de su disciplina. «Es una persona de espíritu libre, quien corre sin ninguna preocupación en el mundo y toma grandes decisiones, incluso cuando 70.000 personas gritan y la presión aumenta », resume en una entrevista Paitner, donde explicaba el duro trabajo que han tenido que hacer para que su discípula no se entretenga y llegue tarde a las sesiones de entrenamiento matinales. En ese proceso de crecimiento han tenido que controlar el salto a la fama de Hodkinson , que pasó de ser una semidesconocida a ser una estrella tras sus primeras medallas. «Es muy difícil pasar de esta persona desconocida a tener todos estos contratos sobre la mesa», dice Painter. «Empezó a ser seguida por las grandes firmas atléticas, a h acer sesiones fotográficas para Vogue y la portada de Elle ». Se trataba de t ener los pies en la tierra para seguir progresando, algo a lo que Hodgkinson, pese a su gusto por la moda y las firmas de prestigio, está dispuesta porque quiere ser la mejor y soñar un día con pelar por el histórico récord de 800 metros de Jarmila Kratochvilova (1.53.28) realizado en 1983. A pesar de vivir instalada en el estrellato, las cosas no fueron sencillas para la británica en su infancia. En una aparición en 'Sky Sports', Hodkingson habló sobre el problema con un tumor que la dejó parcialmente sorda de un oído . «No era canceroso ni ponía en peligro la vida, pero había estado creciendo durante 10 años y me aplastó los huesos auditivos . Si lo dejaba crecer más, podía tocar la columna y terminar con parálisis facial ». Tenía 13 años y se sometió a una mastoidectomía para extraer el tumor , pero esos huesos quedaron dañados y sufrió esos problemas de audición, además de otras consecuencias temporales que por fortuna superó. «No podía caminar, porque la intervención afectó a mi equilibrio . Pero afortunadamente todo salió según lo planeado» y Hodgkinson volvió a correr para convertirse en la reina olímpica de los 800 metros .