España cae ante India (2-1) y se queda sin medalla
A España se le escapó el bronce desde el penalti-córner. Una estadística desastrosa de cero de diez limitó mucho sus opciones de subir al podio ante una selección india que sí supo aprovechar las acciones de pelota quieta. Los indios, además, dominaron el juego desde el comienzo, aunque les costaba transformar el control de la bola en ocasiones de peligro.
No tiene facilidad la selección asiática para generar oportunidades de gol con la bola en juego. Y además, el portero español, Luis Calzado, estaba afortunado. Pero no bastó eso para que la selección española supiera conservar la ventaja que le daba el gol del capitán, Marc Miralles, en un penalti-stroke en el segundo cuarto.
A España le había costado hasta entonces llegar a la portería india, pero el gol daba grandes esperanzas porque en realidad en el primer cuarto apenas había pasado nada a pesar del dominio de los indios.
Pero cuando España ya pensaba en marcharse con ventaja al descanso y en cómo administrarla en el segundo tiempo, llegó el penalti córner a favor de la India que igualaba el partido. Harmanpreet, el capìtán indio, acertó con la portería cuando quedaban catorce segundos para el final del segundo cuarto.
Llegaba, además, el gol después de que Borja Lacalle hubiera lanzado un disparo al poste. Demasiado castigo para España, que no consiguió reponerse de ese golpe cuando ya casi se marchaba al vestuario.
No tardaron mucho la India y Harmanpreet en volver a acertar con un penalti córner. Habían pasado tres minutos desde el comienzo del tercer cuarto cuando el capitán indio demostraba de nuevo por qué es el máximo goleador del campeonato.
Los penaltis-córner fueron un tormento para los españoles. No sólo porque por ahí llegaron los dos goles del rival que daban la vuelta al partido sino por su incompetencia para transformarlos en gol.
Tuvo oportunidades hasta el momento final, hasta el último minuto España apuró sus posibilidades en un penalti-córner, pero sólo sirvió para aumentar la estadística hasta un desesperante cero de diez que hacía imposible alcanzar el bronce. Las jugadas de estrategia son el camino más corto para llegar al golm –cada vez se hace más difícil marcar en jugada– pero España no supo explotarlo.
Max Caldas, el seleccionador español, no dejó de intentarlo hasta el último momento. Llegó incluso a arriesgar para jugar los últimos minutos sin portero. Una decisión valiente que no tuvo premio. Pudo llegar incluso otro gol de los indios en un contraataque con la portería vacía después del último penalti-córner fallado por España. La medalla de plata de Pekín 2008 seguirá siendo la última del hockey español al menos cuatro años más.