Cinco años de prisión por abusar sexualmente de una joven en una cena navideña de empresa
La Audiencia Provincial de Alicante impone al condenado siete años de libertad vigilada y ocho de prohibición de aproximarse a la víctima, de 20 años en el momento de los hechos
Un hombre ha sido condenado a cinco años de prisión, además de siete años de libertad vigilada, por un delito de abusos sexuales a un joven empleada, que tenía 20 años en el momento de los hechos, con la que coincidió en una cena navideña de una empresa con la que colaboraba.
La sección tercera de la Audiencia Provincial de Alicante también impone al procesado una indemnización de 15.000 euros por los daños morales sufridos y una pena de ocho años de prohibición de aproximarse a la víctima a menos de 500 metros y de comunicarse con ella. Los hechos se remontan a la madrugada del 16 de diciembre de 2018 cuando el hombre, de 37 años y amigo del dueño de la empresa (también padrastro de la víctima) se ofreció a acompañar a casa a la joven, que había consumido una “cantidad importante” de alcohol.
La mujer se quedó dormida en el coche y el condenado la llevó hasta su casa. La víctima, que “se encontraba muy mal por el alcohol”, además de desorientada, subió al domicilio del procesado y se tumbó en una cama, quedándose dormida.
“Con ánimo de satisfacer sus deseos lúbricos” y sin el consentimiento de la joven, “se puso encima de ella y, tras quitarle la ropa, la penetró vaginalmente, llegando a eyacular”, indica el apartado de hechos probados de la sentencia. Cuando la víctima se despertó, se dio cuenta de que “lo tenía encima y todavía con el pene dentro de su vagina, le apartó como pudo, dándole un fuerte empujón para separarlo de ella, tras lo que él se levantó y salió de la habitación”. Ya en el salón, el hombre le propinó un “fuerte bofetón” en la cara y le dijo que se marchara inmediatamente de su casa.
El taxista que acudió, ante el estado de la mujer, avisó a la Policía y la joven fue conducida a un hospital. La muestra obtenida del lavado vaginal de la víctima reveló la presencia del perfil de ADN del condenado. Como consecuencia de los hechos, la joven sufrió un trastorno ansioso-depresivo y pensamientos periódicos y pasajeros sobre el suicidio, entre otra sintomatología.
Relato creíble “al cien por cien”
La sentencia destaca las “declaraciones contradictorias” del acusado. Por el contrario, la víctima mantuvo la misma versión “sin fisuras ni contradicciones” a lo largo del procedimiento. Los hechos descritos “han sido relatados por la denunciante de modo coherente e invariable en sus distintas declaraciones, lo que contribuye a dotar de credibilidad a sus manifestaciones”, sostiene el fallo.
La sentencia también alude a la declaración del taxista que auxilió a la joven. El testigo afirmó que la mujer “lloraba sin cesar” y se encontraba en una “situación de bloqueo”. La forense que declaró en el juicio, en condición de perito, dijo que el relato de la víctima era claro y creíble “al cien por cien”.