La Braserí, el restaurante ubicado en la terraza panorámica menos conocida de Gran Vía

Aún quedan rincones por descubrir en la Gran Vía de Madrid , incluso entre sus solicitadas terrazas con vistas panorámicas y el mejor 'tardeo' de la ciudad. Uno de ellos es La Braserí , el restaurante de cocina creativa y de temporada del exclusivo Hotel Montera, que hace justo un año llevó el lujo a la emblemática calle al renovar por completo el histórico edificio del número 47 que ocupa desde entonces. Su propuesta gastronómica más cuidada se sitúa en la novena planta. La Braserí ofrece una serie de tapas y raciones disponibles a cualquier hora del día y una carta de platos más elaborados , todos perfectos para compartir, que da protagonismo sobre todo a la cocción a la brasa y al producto y que busca su estilo combinando el recetario madrileño más cañí con influencias viajeras. Hay desde torreznos (15 euros), brioche de carrillera con trufa negra (25) o croquetas de pollo al josper (17, 5 unidades), hasta entrantes como el bocata de calamares 'Al estilo Montera' (14), una ensalada de lentejas con calabaza asada (21) y flor de alcachofa con salsa romesco (22, 3 unidades) y principales como el rodaballo a la brasa con hinojo (38), el tournedó de ternera y fois gras con salsa de Oporto (42) o el risotto a la milanesa con azafrán, queso de cabra y semillas de calabaza (26), entre otras opciones. De postre , cuatro propuestas (10), entre ellas la habitual tarta de queso y una pavlova de maracuyá. Para beber, una selección de vinos, cervezas y cócteles, que se preparan en su vistoso bar situado en el centro de la sala decorada con textiles aterciopelados, sillones y un mural sobre la movida madrileña en el techo. En La Braserí se puede comer en este espacio interior o bien en cualquiera de sus terrazas –bautizadas Burladero, Sol y Sombra– con vistas a la bulliciosa Gran Vía y los pintorescos tejados del centro. El Hotel Montera, perteneciente a Curio Collection by Hilton y que rinde tributo a Madrid en toda su ambientación castiza y elegante aunque con toques desenfadados como los grafitis del hueco del ascensor (obra del interiorista Lázaro Rosa-Violán), cuenta en la décima planta con la coctelería El Cielo de Chicote , a raíz del cercano Museo Chicote .