San Lorenzo en Córdoba, la bisagra de devoción de un templo y su barrio

Siempre es numerosa la participación de los feligreses y los cofrades de la iglesia que lleva su nombre y del barrio. San Lorenzo hace brotar la fe en pleno tiempo vacacional, con un calor de justicia y en jornadas llamadas a ser de descanso, en una ciudad que parece un desierto. Los devotos y los participantes en el cortejo se echaron a la calle el sábado para participar en esta demostración pública de fe. La fe mueve montañas y en este caso pareció vencer al calor. La hermandad del Calvario honró a su titular como es costumbre en agosto, pero no sola, sino arropada por los fieles de la parroquia de San Lorenzo, sus hermandades (Entrada Triunfal, Ánimas y Villaviciosa) y las del barrio. Como sucede en las fiestas grandes. En el cortejo destacaron los nuevos ciriales de la hermandad del Calvario. Todo comenzó a la hora más tardía posible para buscar una franja algo menos calurosa, tras la función principal en el templo de San Lorenzo. La agrupación musical Santo Ángel Custodio de Rute puso sus marchas por primera vez al paso con la imagen del mártir. Volvió cinco años después a Córdoba, donde participó en la procesión magna 'Por tu Cruz redimiste al mundo', en 2019. Entre las marchas que interpretó este sábado no faltaron 'El Ángel Custodio', 'Entrando en Jerusalén', 'Oh pecador', Sagrada Cena', 'Pange Lingua', 'La Esperanza de María', y 'En la Cena del Señor'. El capataz David Arce dirigió a los costaleros. La reliquia de San Lorenzo, dispuesta en el frontal del paso, en un lugar de gran visibilidad, recordó fehacientemente a los que presenciaban la salida que San Lorenzo fue un hombre de carne y hueso . Nació en Huesca, fue diácono y recibió la muerte en Roma el 10 de agosto del año 258, torturado en una parrilla por su fe. El santo se alzó como es habitual sobre la peana de Nuestra Señora del Mayor Dolor, con las jarras plateadas y los candeleros de la Virgen. Los pétalos color rojo de los claveles dispuestas en piñas cónicas en las jarras, las esquinas y en friso volvieron a hacerse la sangre derramada por este mártir. San Lorenzo dejó atrás la imponente fachada de su templo, y su eterno rosetón, y fue llevado a emblemáticos lugares . Pasó ante el retablo cerámico de Villaviciosa, por la iglesia de Jesús Nazareno y junto a San Agustín. La estampa en torno a uno de los santos más venerados por la Iglesia católica se hace clásica y se funde al mes de agosto.