Un 96 por ciento de la potencia energética instalada en Castilla y León tiene el sello renovable . Hidráulica, eólica y fotovoltaica son las protagonistas en la que es la autonomía más limpia del país. Ya sin carbón ni nucleares, sólo un 4 por ciento de la capacidad conectada a la red tiene como origen una fuente no verde, mientras que a nivel nacional este porcentaje se eleva al 37,3 y pocos territorios le hacen sombra al respecto. De hecho, junto a Galicia y Aragón son las únicas que cumplen ya el objetivo de la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima de alcanzar el 81 por ciento de generación no contaminante en 2030 en todo el territorio nacional. En la práctica, más allá de la potencia instalada, el 88,7 por ciento de la energía eléctrica generada en Castilla y León en el primer semestre del año fue con renovables, lo que sitúa también a la Comunidad a la cabeza del país. «Esta contribución de Castilla y León en generación limpia permite que España pueda acercarse al compromiso europeo en materia de renovables. En Europa, solamente Noruega obtiene un porcentaje mayor, con una cuota cercana al 98 por ciento», expusieron ayer en un comunicado desde la Consejería de Economía y Hacienda. En la comparativa con otras comunidades se aprecian diferencias notables, con regiones como Baleares que tienen el mismo porcentaje pero a la inversa; o Madrid, en la que las energía limpias rozan, sin alcanzar, la mitad. Un escenario que en la Comunidad no se repite desde hace más de una década, de acuerdo con los datos de Red Eléctrica (REE). En este tiempo se ha experimentado una significativa transformación del mix energético . Primero fue con el fin de la nuclear tras el parón en 2012 de Garoña , que hasta hace unos meses no comenzaba su desmantelamiento. Después llegaría el desenlace del carbón y las térmicas con las últimas ayudas europeas a la actividad de los tajos en 2018, que sentenciaron las cuencas, y el posterior derribo de las centrales. Estas dos tecnologías sumaban antes del apagón de la planta burgalesa un 38 por ciento de la energía vertida a la red en Castilla y León, en la que hoy en día no queda rastro. En su lugar fueron despuntando renovables que ya se habían ido asentando, como la hidráulica y la eólica, y más recientemente la fotovoltaica, con un importante repunte en los últimos años impulsado por el autoconsumo. En este 2024 continúa. En los primeros seis meses de año la potencia instalada en la Comunidad aumentó en total en 529 megavatios, de los cuales 270 se corresponden con fotovoltaica , que a este ritmo mantendría en este año la evolución de los precedentes ejercicios. Esta tecnología, que comenzó a despegar con el fin del impuesto del sol y acabó recibiendo el impulso definitivo durante la crisis de los precios de la energía, ha pasado de los 843 megavatios en 2020 a los 2.248 a cierre del mes de junio. La energía eólica es la siguiente que más aumenta en este 2024, con 248 megavatios más hasta los 6.948, que la colocan como la tecnología con mayor potencia instalada. Aporta más de la mitad de la electricidad generada en Castilla y León. Ésta supone a su vez un cuarto de la producida por el viento en el conjunto del país. En hidráulica, la Comunidad sigue siendo líder con el 25,7 por ciento nacional. En el caso de la tecnología de cogeneración, es la tercera con mayor potencia instalada, con el 10,2%, a lo que hay que sumar el 9,2 % de otras renovables instaladas, entre las que se encuentra el biogas, biomasa , aprovechamiento hidráulico y geotermia , tecnologías en las que Castilla y León se posiciona como la tercera autonomía. La Junta de Castilla y León prevé un incremento en la instalación de la potencia de energías renovables en torno a los 3.000 megavatios para el total de la legislatura. El compromiso de instalación de energías limpias para este periodo fija un crecimiento de la energía fotovoltaica de 2.000 megavatios hasta alcanzar los 3.000 y otros 1.000 de instalación de potencia eólica para alcanzar los 7.300 de potencia instalada. El objetivo de instalación de energía eólica, acorde con las estrategias en materia de renovables europea y de España, es de 10.000 nuevos megavatios en el año 2030, concluyen desde el Ejecutivo.
