China lo ha vuelto a hacer , y acaba de apuntarse un nuevo tanto en su exploración de la Luna, esta vez relacionado con la presencia de agua. Desde que, hace ya algunos años, se descubrió que nuestro satélite atesoraba importantes reservas de agua en forma de hielo, especialmente en los profundos cráteres de las zonas polares, donde nunca llega la luz del Sol, los científicos no han dejado de buscar dónde más podría estar acumulándose el preciado líquido elemento. El agua , de hecho, es la llave del éxito de la ya inminente colonización lunar, porque proporcionará a los futuros asentamientos no sólo toda el agua que necesitan los humanos que vivirán allí, sino también el oxígeno para respirar y el combustible para sus naves. Y todo sin tener que llevarlo desde la Tierra, lo que tendría unos costes prohibitivos. Y ahora, el análisis de un mineral que forma parte del polvo lunar, recolectado por el módulo chino de aterrizaje Chang´e-5 y transportado después a la Tierra, acaba de mostrar que no solo contiene agua, sino que ésta supone el 41% de su peso. El mineral en cuestión es muy parecido a la novograblenovita, que fue identificada por primera vez hace apenas unos años en algunas rocas basálticas de la península rusa de Kamchatka. Tanto la versión lunar como la terrestre tienen la fórmula química (NH4)MgCl3·6H2O y muestran estructuras cristalinas similares. Dado que podemos estudiar la novograblenovita aquí mismo, en nuestro planeta, el descubrimiento de un mineral casi idéntico en la Luna puede darnos importantes pistas sobre dónde se esconde el agua lunar y cómo llegó hasta allí. Porque a pesar de haberla encontrado ya en varios lugares, la presencia y la distribución del agua lunar sigue siendo un misterio, y es algo que los científicos quieren descubrir a toda costa. Hasta ahora, y aparte de la almacenada en los cráteres polares, ya se habían encontrado, incrustada en la roca, agua atrapada en diminutas cuentas de vidrio, esférulas que se forman cuando la actividad volcánica derrite la superficie. Pero desde la órbita, distintas misiones de exploración no paran de detectar en el espectro de luz reflejada señales que sugieren que ahí arriba, en alguna parte, hay mucha más agua oculta. Desde que aterrizó en diciembre de 2020, Chang´e-5 sorprendió al mundo al detectar, in situ, lo que parecía ser agua en el interior de una roca lunar. Sin embargo, los análisis llevados a cabo allí con los limitados instrumentos del rover no dejaban claro si lo detectado era realmente agua o alguna otra molécula similar. Para saberlo con certeza, se necesitaba un análisis mucho más detallado en los laboratorios de la Tierra, mucho mejor equipados. Y eso es exactamente lo que acaba de anunciar en ' Nature Astronomy ' un equipo de científicos chinos dirigidos por los físicos Shifeng Jin y Munan Hao, de la Academia China de Ciencias. En su análisis, los investigadores sometieron las muestras de suelo lunar enviadas a la Tierra por Chang´e-5 a difracción de cristales de rayos X y a técnicas con isótopos químicos para determinar si el regolito lunar realmente contiene agua o si, por el contrario, se trata de otra cosa. Y los resultados han revelado, sin posibilidad de duda, la presencia de agua molecular. El mineral (NH4)MgCl3·6H2O, de hecho, contenía hasta seis cristales de agua.
