Brasil está enfrentando una serie de incendios forestales que han afectado plantaciones y la calidad del aire en los estados de Goiás, Minas Gerais, la capital Brasilia y São Paulo, el más afectado de todos con 48 ciudades en alerta , tres muertos y 65 personas afectadas. El Gobierno de São Paulo ha realizado operaciones de emergencia desde el fin de semana, con apoyo de la presidencia y de la Policía Federal, que investiga la acción de criminales. Tres hombres han sido presos y la policía ha confirmado la participación de un miembro de la facción criminal Primer Comando de la Capital (PCC). El lunes, autoridades de Defensa Civil informaron que el fuego ya ha afectado a más de 34 mil hectáreas , que los incendios activos fueron controlados, pero que los 48 municipios afectados siguen en alerta máxima por los incendios. El estado de São Paulo ha tenido 3.175 incidentes de incendios en los primeros 23 días de agosto, la cifra más alta desde 1998, cuando el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), comenzó a registrar los fuegos. Los incendios han quemado cañaverales y otras plantaciones en áreas eminentemente agrícolas, pero también llegaron muy cerca a áreas residenciales y carreteras , en las que el tránsito paró por falta de visibilidad. El incendio dejó en pánico a los vecinos de un condominio de lujo en la ciudad de Ribeirão Preto, en el interior de São Paulo, que tuvo que ser evacuado. «El fuego llegó hasta mi casa aquí, fuera del muro. Todo el mundo está evacuando», publicó uno de los residentes en sus redes sociales. Felizmente, el muro ayudó a controlar el fuego. El gobernador de São Paulo, Tarcisio de Freitas, informó que tres hombres fueron detenidos, uno en el municipio de São José do Rio Preto y dos en Batatais. Alessandro Arantes, de 42 años, que confesó ser del PCC, fue detenido mientras prendía fuego en un área de bosque en el municipio paulista de Batatais. Según la policía, Arantes tiene antecedentes por robo, hurto, homicidio y tráfico de drogas. También fueron incautados un litro de gasolina, un encendedor y un teléfono móvil, en el que la policía encontró vídeos del criminal celebrando los incendios. La ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, vinculó las acciones criminales a un ataque anterior conocido como el «Día del Fuego», que ocurrió en 2019, durante el Gobierno de Jair Bolsonaro, también en el mes de agosto. En esa ocasión, hacendados bolsonaristas del norte del país estimularon un movimiento que desencadenó una serie de incendios en la Amazonía . En esa región es común que especuladores de tierras aprovechen la temporada de sequía para quemar bosques y facilitar la venta de terrenos deforestados. «Es una auténtica guerra contra el fuego y la delincuencia . Es una situación atípica. En una semana, prácticamente en dos días, tenemos varios municipios ardiendo al mismo tiempo. Eso no es normal en nuestra experiencia en la lucha contra incendios«, declaró la ministra desde una sala de gestión de crisis en la que participaron autoridades de Gobierno y el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. «En São Paulo eso no es natural, bajo ningún concepto», explicó la ministra sobre las sospechas de una acción criminal. El director general de la policía, Andrei Rodrigues, informó que también están en curso 31 investigaciones sobre conductas criminales en los incendios forestales en la Amazonia y otras 20 relacionadas con el Pantanal, el mayor humedal del mundo, que están sufriendo con fuegos desde mayo. El Gobierno federal informó, a su vez, que este año ha movilizado un número récord de bomberos para combatir los incendios forestales, incluidos 1.400 en la región amazónica y 800 en el Pantanal. La presidencia ha enviado a São Paulo, a través de las Fuerzas Armadas, siete aviones, incluido un KC-390, para ayudar a combatir los incendios. También entraron en operación otras diez aeronaves de la Policía Militar, así como 614 vehículos del Cuerpo de Bomberos y 1.936 camiones cisterna, entre los más de 3.000 vehículos utilizados en la operación, entre equipos estatales y suministrados por empresas de la región. El humo de los incendios de los estados São Paulo, Goiás y Minas Gerais, donde la semana pasada se quemaron 8.500 hectáreas de un área del Parque Nacional Serra do Cipó, se ha sumado a los que ya se arrastran en áreas de la Amazonia y del Pantanal, afectando poblaciones de algunas ciudades de Brasil. El domingo, la capital Brasilia amaneció con varios barrios cubiertos de humo, lo mismo ocurrió en las ciudades de Goiânia y Belo Horizonte, las capitales de los estados de Goiás y Minas Gerais. En la capital, donde no llueve desde hace más de 120 días y la humedad está por debajo del 20%, el denso humo llevado desde São Paulo por el viento, cubrió edificios oficiales como el Congreso Nacional. El sábado, los bomberos combatieron un gran incendio en una zona de preservación de Brasilia, donde se encuentra uno de los manantiales que abastecen el lago Paranoá, principal reserva hídrica de la ciudad. Según el Cuerpo de Bomberos de Brasilia, entre enero y julio de este año hubo 3.368 incidentes de incendios forestales en la capital. De acuerdo a la empresa suiza IQAir, especializada en monitorear la calidad del aire, además de Brasilia, otro ocho estados brasileños también enfrentaron problemas con el humo el fin de semana, dejando al país en condición de crisis medioambiental por aire insalubre. Los estados afectados son los amazónicos: Amazonas, Acre, Rondônia, Pará y Tocantins, y los de las regiones Centro y Sureste: Goiás, Minas Gerais, São Paulo y Brasilia. Los peores índices de calidad del aire se han observado en el estado de Rondônia, donde los índices de calidad so n superiores a 200 , es decir, entre muy malos y muy malos, ya que hay una gran cantidad de humo con partículas procedente de los incendios en el estado y en el llamado arco de deforestación, en el sur de Amazonas. En la ciudad de Altinópolis, en São Paulo, el humo interrumpió una fiesta electrónica al aire libre y unas 500 personas necesitaron atención médica por inhalar humo. En todas esas áreas, se han registrado aumento de problemas respiratorios. En la ciudad de São Paulo hubo un aumento del 60% de la demanda en los centros de sanidad pública.
