Israel supo hace días que Hizbulá preparaba una venganza por la muerte de su "número dos"
Hizbulá declaró el domingo por la mañana que el ataque que había lanzado contra Israel había concluido. Y el Comando del Frente Interior israelí dijo al mediodía que levantaban las restricciones impuestas en el norte y centro del país. Además, la delegación israelí encomendada con las negociaciones sobre Gaza con los mediadores EE UU, Qatar y Egipto, partió para otra ronda en El Cairo. Parecen ser indicaciones de que las partes consideran que la escalada, la mayor desde 2006, ha terminado. Además, tanto Israel como los chiíes del Líbano alineados con Irán se congratularon de su victoria del domingo.
Hizbulá afirmó en un comunicado, y también lo hizo su secretario general, Hasan Nasralá, en un discurso, que el ataque logró sus objetivos, que consiguieron penetrar en cielo israelí con varias oleadas de drones.
El Ejército israelí, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, se congratularon del ataque preventivo llevado a cabo a las 5:00 de la madrugada que logró sabotear el gran bombardeo que planeaba Hizbulá y del que tenía conocimiento la inteligencia israelí. Aún así hubo ataque desde Líbano: duró unas cuatro horas y comenzó con una oleada de casi 300 cohetes y una gran cantidad de drones lanzados hacia el norte de Israel que produjeron daños materiales, aunque no a personas.
El método elegido por Hizbulá para llevar a cabo su represalia por el asesinato del comandante Fuad Shukr en Beirut a principios de este mes, aparentemente era conocido desde hacía tiempo en Israel. El objetivo de los chiíes era dañar gravemente las bases del Ejército en el norte del país, pero también, según el comunicado del propio Hizbulá, «atacar un sitio de seguridad en el área de Tel Aviv». Se cree que se refería al lugar donde se encuentra la central del servicio de seguridad exterior, Mosad, el cuartel general del Cuerpo de Inteligencia y el centro de mando de la Unidad de Inteligencia del Ejército.
El ataque preventivo israelí comenzó a las 4:40 de la madrugada, cuando una primera oleada con más de 80 aviones de combate atacó cuatro complejos de la organización alineada con Iran en el sur del Líbano. El ataque duró unos 20 minutos. En la segunda oleada participaron casi 20 aviones de combate más que destruyeron lanzaderas de misiles de corto alcance. Al mismo tiempo, alrededor de las 5:00 de la mañana, también fueron bombardeadas las plataformas de lanzamiento de cohetes de mediano alcance destinados a ataques en el área metropolitana de Tel Aviv.
El portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, y el Comando del Frente Interior emitieron avisos al público unos cinco minutos después de que comenzara el ataque, aconsejando a los residentes cerca de la frontera norte que permanecieran cerca de los refugios. Cuando Hizbulá efectivamente lanzó proyectiles aproximadamente media hora más tarde, resultó un ataque muy limitado.
Varios analistas consideran que con la catarsis del domingo, el peligro de una guerra regional que amenaza Oriente Medio durante las últimas tres semanas ha disminuido considerablemente.
Se cree también que Irán es consistente en su preferencia de querer evitar un enfrentamiento directo con Israel que lo podría arrastrar a una guerra con Estados Unidos. Y, diez meses después del comienzo del conflicto bélico en Gaza tras el ataque de Hamás el 7O, no hay un verdadero frente árabe unido contra Israel, que es lo que el líder de Hamás en Gaza, Yahia Sinwar, probablemente espera aún.
En el ataque preventivo israelí, los objetivos estaban entre la frontera con Israel y Sidón, sin incluir Beirut ni el valle de Beqaa. Lo que también indica contención y es lo que ha provocado las críticas al ministro de Defensa por parte del ministro de la extrema derecha supremacista Itamar Ben Gvir por no haber asestado un golpe «mortal» a Hizbulá.
«A pesar del amplio apoyo de estados como Estados Unidos, Israel no pudo predecir el momento y el lugar de una respuesta limitada y controlada por parte de la resistencia. Israel ha perdido su poder de disuasión», escribió el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Nasser Kanaani, en la plataforma social X. Estados Unidos avisó a Israel de los movimientos de Hizbulá.
Además, Kanaani agregó: «(Israel) ahora tiene que defenderse dentro de sus territorios ocupados (...) los equilibrios estratégicos han sufrido cambios fundamentales» en detrimento de Israel. Tras la escalada del fin de semana en Israel parece que se ha vuelto a la «normalidad de la guerra». En Gaza las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) continúan combatiendo en el centro de la franja, destruyeron el lunes la lanzadera de misiles que lanzó la noche antes proyectiles hacia la ciudad del centro del país Rishon LeZtion.