Daniel Sancho ha sido condenado a cadena perpetua por el asesinato de Edwin Arrieta. Desde que Daniel Sancho fuera detenido en la isla de Koh Phangan por la muerte del doctor Arrieta, la Policía insistió en que tenía suficientes pruebas para demostrar no solo su culpabilidad, sino su intencionalidad. A partir de ahí cobró importancia saber si hubo premeditación en el crimen , ya que si se prueba en un juicio aquí que el acusado actuó deliberadamente el juez puede llegar a considerar condenar a muerte al reo si no pide perdón ni clemencia. Sancho, por su parte, quiso jugar al todo o nada cuando fue asesorado por su padre y el equipo de abogados capitaneado por Marcos García Montes , que desestimaron la estrategia inicial elaborada por un gabinete legal tailandés. El apartado equipo de abogados había centrado su plan en minimizar la pena como suele hacerse en Tailandia frente a un crimen de esta magnitud: primero asumiendo la culpabilidad y luego tratando de pedir perdón, además de intentar reparar algo del daño realizado con compensaciones económicas. El madrileño, que antes de viajar a Koh Phangan coqueteaba con la idea de lograr el éxito vendiendo hamburguesas, optó por algo inaudito en un preso extranjero en Tailandia. Cambió su estrategia y decidió plantar cara a instituciones tan importantes como la Policía para tratar de justificar que su primera declaración, donde asumía la autoría del crimen, fue coaccionada. Y asesorado por sus abogados españoles, que no pueden ejercer en territorio tailandés, declaró que la muerte del colombiano fue un accidente . Eso le ponía en una situación apretada frente a la justicia tailandesa, su particular todo o nada en el que asumía que podía ser condenado a muerte pero que iba a pelear para optar a una posible condena pequeña.
