'First Dates' puso el broche de oro a un mes de agosto muy fructífero emparejando a una nueva ronda de comensales en su restaurante del amor. Entre los que pasaron por e l 'dating show' de Cuatro la velada del viernes 30 se encontraban Ihor (37) y José Luis , el vivo ejemplo de que los polos opuestos se atraen. «Ser un chico joven gay en la Ucrania profunda hace 15 años no era fácil porque no hay referentes», contó Ihor, un soltero ucraniano afincado en Madrid. Tras pasar una juventud difícil en su país, en España puede ganarse la vida con su gran pasión, la música, ejerciendo de profesor de piano y concertista. Tras una separación, Ihor llegó al programa presentador por Carlos Sobera dispuesto a pasar página y conocer a una persona sincera y optimista. José Luis (33), su cita, claramente tenía otros intereses muy distintos a los de su cita. «Soy completamente arrítmico, la música no va conmigo. Solamente la pongo en mi coche y canto en la ducha», acabó contando en un momento de la noche. No quedó ninguna duda cuando el pianista nombró a Shcuber t y su pretendiente se quedó igual. «Es un compositor», tuvo que aclarar Ihor a un José Luis rojo como un tomate y consiguiendo que se echaran unas risas. Y es que a este ingeniero murciano le van más los juegos de mesa, hasta el punto de rozar lo friki: tiene unos 70. Ihor dejó claro que esa afición le parece «bastante tediosa» y que en caso de que la relación prosperara, con él no contara. «Para jugar, ya tienes a tus amigos». No tenían nada en común, pero además de atracción física surgió entre ellos un inesperado 'feeling'. Ni siquiera una revelación sobre la vida de Ihor que dejó en 'shock' a José Lui s los frenó a la hora de darse una oportunidad. Al hablar de relaciones, el ucraniano comentó que está aún jurídicamente casado, lo que dejó a su cita totalmente alucinado como demostró con su cara de desconcierto y con un «¿¡sigues casado!?» que le salió de sopetón. «Es super gracioso, sobre todo para mi», espetó el murciano viendo que su cita se estaba muriendo de risa con su reacción. «Tú eres la otra», bromeaba el soltero. Lo más importante de todo es que se habían gustado, así que sin importar el estado civil de Ihor, ni la distancia que separa Murcia de Madrid, ni las distintas aficiones de cada uno; ambos decidieron que querían seguir conociéndose.
