Ratas, basura y escombros en Alicante: la cuestionada imagen internacional de una de las capitales del turismo
Los vecinos de la ciudad llevan años quejándose de la mala gestión de residuos, que se agrava con la llegada de millones de turistas, mientras desde el ayuntamiento argumentan que hay más recursos para la recogida y limpieza y una nueva contrata que "están ajustando"
Los vecinos de Alicante, cansados de ser la segunda ciudad más sucia de España, se unen para exigir mejoras
Varios millones de turistas han visitado la ciudad de Alicante en los últimos ocho meses de 2024. Sólo en la semana de Hogueras en junio, más de 1,4 millones. Pero la imagen que ha dado la ciudad ante la llegada de ciudadanos de todo el mundo no ha sido la mejor, según distintas asociaciones de vecinos, la plataforma Alicante Limpia y la oposición, que denuncian un “caos absoluto” en la limpieza y recogida de residuos. Desde el ayuntamiento defienden que “no existe un problema general” y que han puesto encima de la mesa más recursos y una nueva contrata con la que están en “proceso de ajuste”.
Las denuncias de contenedores desbordados, basura esparcida por las calles e, incluso, episodios de ratas son casi diarias en redes sociales, tanto las gestionadas por las asociaciones de vecinos como de alicantinos anónimos. “Hemos tenido episodios de ratas en el centro, en el barrio de Benalúa o en el bulevar del Pla”, denuncia Paloma Valverde, portavoz de la Coordinadora Alicante Limpia.
Este colectivo ciudadano, harto de sufrir diariamente estos problemas de salubridad llegó a trasladar la situación ante el Parlamento Europeo, que abrió una investigación. Debido a la gravedad del asunto las pesquisas no se han cerrado, aunque, de momento, no ha habido una actuación de las instituciones europeas. La presión social sí que provocó un cambio en la contrata que, según Alicante Limpia, “aún trabaja peor que la anterior”.
En pleno agosto, un centenar de establecimientos de los barrios de El Pla y Les Carolines se unieron contra la suciedad y censuraron que tengan que realizar la limpieza de los accesos a sus tiendas y edificios.
Hasta varios centros escolares realizaron una campaña de pegada de carteles con los lemas “mascotas sí, cacas no” o “nuestro barrio limpio”, que sufrieron su punto de suciedad extrema en la semana de Hogueras en la que, según Alicante Limpia, “se superaron todos los récords”.
“En Hogueras fue espantoso, un descontrol total de la suciedad. Terminaron las fiestas y, justo cuando empezó a llegar todo el turismo internacional, cambiaron los contenedores de sitio y se ha llenado la ciudad de bolsas de basura”, lamenta Paloma Valverde, quien asegura que también existe una importante falta de información respecto a los nuevos recursos que está implantando el consistorio, como por ejemplo en los nuevos contenedores para materias orgánicas que solo están abiertos cuatro horas al día para evitar los olores, pero que son forzados por algunos ciudadanos incívicos.
Fuentes del Ayuntamiento de Alicante explican a elDiario.es que el servicio de limpieza tiene unas horas establecidas y que existe un servicio ordinario de quejas para actuar contra “casos puntuales y proceder a su limpieza”. Las mismas fuentes explican que se ha previsto un refuerzo en verano cuando la población de la ciudad se dispara por la llegada de turistas. “Estamos en un período de adaptación de la contrata y en un proceso de renovación de contenedores”, argumentan, al tiempo que defienden que se está trabajando de manera paulatina incrementando recursos y nueva maquinaria de barrido y soplado.
En ese sentido, el coste por el servicio para los vecinos de Alicante se ha incrementado en cuatro millones de euros hasta los 42. Como pasa en todos los municipios turísticos, los gastos de limpieza y adecuación corren a cargo del ayuntamiento vía impuestos, ya que en la Comunitat Valenciana el gobierno del PP se niega a instalar una tasa turística para que los visitantes colabores en mantener unos servicios dignos. De hecho, Alicante, gobernada también por el PP, se ha opuesto a incorporar la tasa turística para bajar la carga a los vecinos y potenciar más el servicio.
Las críticas por la limpieza en Alicante no es nueva y no ha estado exenta de polémica. Enrique Ortiz, uno de los empresarios confesos y condenados por financiar ilegalmente al PP de la Comunitat Valenciana, ganó la contrata de limpieza de Alicante en 2001 con el también condenado por corrupción Luis Díaz Alperi como alcalde. Ortiz renovó la gestión del servicio en 2013 bajo el mando de Sonia Castedo y la mantuvo hasta el último concurso celebrado el pasado año. Desde septiembre de 2023, la UTE Netial (FCC y PreZero) gestiona la limpieza de la segunda ciudad de la Comunitat Valenciana y la décima de España.
El PSPV de Alicante realizó recientemente un vídeo en redes en el que ponía en el foco la situación de la limpieza en Alicante. En ese sentido, la portavoz socialista Ana Barceló ha puesto el foco los problemas en la recogida y la suciedad y el impacto que tiene en la ciudadanía de Alicante. “Estamos dando una imagen internacional nefasta, de desidia, dejadez y abandono que no se corresponde con la importancia de esta ciudad”, critica Barceló. “La situación es muy preocupante, tanto para el turista como para el vecino, porque hay problemas de insalubridad. No te digo cómo están los vertederos ilegales”, añade.
Recientemente, la coalición Compromís también exigió mayor control sobre la contrata de basuras con una iniciativa en el pleno para que, entre otras propuestas, se incremente personal o reciba más inspecciones.