Desafiar estereotipos: el camino de Roxana Martínez en la Ingeniería Eléctrica
Las mujeres que eligen carreras tradicionalmente dominadas por hombres suelen enfrentar un conjunto particular de desafíos. Roxana Martínez López es un claro ejemplo de cómo la perseverancia y la determinación pueden transformar estos retos en oportunidades. Desde sus días como estudiante hasta su carrera profesional como ingeniera electricista, Martínez ha enfrentado y superado barreras sociales para convertirse en una docente y empresaria exitosa en el campo de la Ingeniería Eléctrica.
La decisión de incursionar en Ingeniería Eléctrica
Desde temprana edad, Roxana Martínez mostró un interés en áreas dominadas por hombres. Su primer paso fue estudiar un Técnico Medio en impresión offset en el colegio, un campo donde los hombres predominaban. Sin embargo, su deseo de aprender y su afán de superación la llevaron a dar el siguiente paso: estudiar Ingeniería Eléctrica.
“Mi papá solía decir que parecía un mecánico porque siempre tenía las uñas manchadas de tinta, pero eso nunca me importó”, recordó Martínez.
Aunque la decisión fue sorpresiva para su familia, pronto recibió su apoyo total, iniciando un camino que cambiaría su vida de manera irreversible.
Liderazgo en el ámbito académico
Al ingresar a U Fidélitas para estudiar Ingeniería Eléctrica, Roxana se encontró en un entorno en el que las mujeres eran minoría. “Éramos pocas mujeres en Ingeniería Eléctrica, e incluso en algunas clases, era la única”, relató Martínez. A pesar de las dificultades, su actitud proactiva y su deseo de excelencia la convirtieron en una líder dentro de su grupo. “Al principio, algunos compañeros mayores se resistían, pero con el tiempo, fueron ellos quienes me buscaban para liderar el equipo”, añadió con orgullo.
La carrera no estuvo exenta de momentos de duda. Uno de los desafíos más grandes llegó en un curso particularmente difícil, Circuitos Lineales I, donde inicialmente tuvo un mal desempeño. “Pensé en abandonar la carrera, pero gracias al apoyo de uno de mis profesores, Ronny Rodríguez, pude seguir adelante”, indicó la Ing. Martínez con agradecimiento.
Desafíos en la vida laboral
El entorno laboral no fue menos desafiante. Para costear sus estudios en U Fidélitas, Roxana trabajó como recepcionista en una empresa de venta de equipo médico, y con el tiempo, ascendió a soporte técnico y luego a ventas. “Recuerdo lo que era levantarme a las 4 de la mañana, alistarme para tomar el bus de Tres Ríos pasadas las 5, llegar a San José y en la Coca-Cola subir al bus de Escazú para estar antes de las 7 a la oficina. Luego, en la tarde, salir a las 4 del trabajo y, siempre en bus, tratar de llegar antes de las 6 a clases en San Pedro”, recordó Roxana con orgullo.
En su primera experiencia profesional como ingeniera electricista, Roxana enfrentó un ambiente laboral hostil. “Perdí 5 kilos en 7 meses por el estrés” confesó. Las descalificaciones por parte de sus compañeros simplemente por ser mujer la llevaron a tomar la decisión de alejarse de ese ambiente. Sin embargo, estos desafíos no la detuvieron; al contrario, la impulsaron a seguir adelante.
Años después vivió otro difícil momento. “Mientras trabajaba en un proyecto relacionado con la red móvil nacional fui seriamente acosada y, para empeorar, siendo la víctima, trataron de sacarme del proyecto y culparme por lo ocurrido”, describió Roxana, para añadir que, finalmente, dejó el puesto por el bien de su salud mental. Sin embargo, su indignación y asombro por seguir encontrándose con situaciones como esta en ámbitos profesionales era palpable.
Construyendo una carrera de éxito
A pesar de los obstáculos, la Ing. Martínez logró establecerse como una profesional destacada en el campo de la Ingeniería Eléctrica. Junto a colegas, fundó Ingeniería JTR, una empresa que se dedica a consultorías en el sector eléctrico. Hoy en día, lidera proyectos importantes en sectores como el residencial, comercial y hospitalario.
Roxana también ha tenido que enfrentar la resistencia de personas que cuestionan su autoridad y conocimiento simplemente por ser mujer. Uno de los incidentes más frustrantes ocurrió cuando un maestro de obras desestimó todas sus observaciones, pero creyó sin cuestionar al ingeniero hombre a cargo. “Fue muy frustrante, me subí al carro a llorar de impotencia”, recordó aún con indignación.
Un modelo a seguir para futuras generaciones
Además de su carrera profesional, Roxana ha cultivado otra de sus pasiones: la docencia. Desde hace ocho años, imparte clases en U Fidélitas, y desde hace cuatro años es titular del curso que una vez consideró abandonar, Circuitos Lineales I. Su compromiso con la enseñanza la ha llevado a ser una de las primeras mujeres en dar clases en el Colegio de Ingenieros Electricistas, Mecánicos e Industriales (Ciemi).
La historia de Roxana Martínez López es un testimonio de resiliencia y determinación en un campo que aún presenta barreras para las mujeres. Su experiencia no solo inspira a otras mujeres a seguir carreras en ingeniería, sino que también subraya la importancia de crear ambientes laborales inclusivos y respetuosos.