Una Miss de más o de menos
El nivel de concursos, certámenes, nombramientos y demás juegos de azar ha bajado considerablemente. Ustedes me dirán que siempre ha habido algún burro que otro en cargos de relumbrón y que en España cada día nace un tonto – o varios – pero, más allá de la genética, está la escuela, la formación y las ganas que uno le ponga a eso de tener algo de cultura. Pero a lo que vamos. Vaya por delante que no soy contrario a los certámenes de misses, místers, guapos con gafas o lanzamientos de huesos de aceitunas. Tampoco participo de la creencia popular que asegura que las misses s ...