A sus 30 años está viviendo un auténtico calvario. Se la ha borrado esa sonrisa eterna que ayudó a que fuera proclamada 'Ministra de la Felicidad' en el tenis. Bromista, siempre de buen humor, especialmente vivaz junto a sus amigas Paula Badosa y Aryna Sabalenka, ha entrado en una espiral negativa que ha provocado que tenga que apartar la raqueta.
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