Todo lo que rodea a
Vinicius parece ser un lío. También en lo que a penaltis se refiere. Como chutador de penaltis, pipa de la paz: alternará el turno con
Mbappé. Y, de seguir por este camino, con 4 penaltis a favor en 5 partidos, tendrán muchas oportunidades de lucirse. El lío gordo es detectar cuándo es penalti y cuándo no lo es, cuando el delantero brasileño cae dentro del área rival. En las dos últimas jornadas, dos penaltis a favor que no lo eran. Picaron los árbitros y el
VAR. El piscinazo en el
Bernabéu, ante el portero del
Betis, es digno del mejor teatro del mundo. Sabe caerse en el momento justo para que parezca que el portero le arrolla. En el segundo penalti de la pasada jornada, en campo de la
Real Sociedad, la decisión es todavía más peliaguda.
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