Gana el
Barça todo lo que juega y lo hace de forma convincente, gusta, seduce, y comienza a cautivar como lo hizo hace unos pocos años. Y el aficionado culé con toda razón sonríe, luce feliz. Está encantado con su equipo que en cinco partidos de
Liga ha sumado cinco victorias a cuál de ellas más espectacular. Pero lo más positivo de todo es que el
Barça que ha construido
Hansi Flick en este comienzo de temporada ni sufre ni hace sufrir. Deleita. Es impecable. Ofrece la imagen de un equipo que puede vencer a cualquier adversario, lo cual lleva a todo el barcelonismo a imaginar un mundo de sueños e ilusión que hace tan solo unos meses le resultaba increíble.
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