A todo el mundo le apetece, de vez en cuando,
salir de casa e ir a comer, cenar o simplemente tomar algo en un bar o restaurante. Son momentos de desconexión de la rutina que nos permiten relajarnos y probar comida nueva. Sin embargo, más usualmente de lo que nos pensamos, los trabajadores de la
hostelería se ven envueltos en
discusiones y riñas con clientes.
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