María San Gil: «Defender lo cristiano no es fundamentalismo»
«La defensa hoy de los fundamentos cristianos de nuestra sociedad no es un ejercicio de "fundamentalismo", sino que, por el contrario, significa ser vanguardia del debate principal del futuro de nuestras sociedades». Es la reflexión que lanzaron este martes desde la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación San Pablo CEU con la vista puesta en el próximo Congreso Católicos y Vida Pública.
Así se recoge en el manifiesto que pone en marcha la cuenta atrás para este «think tank», que en su 26 edición se celebrará en Madrid del 15 al 17 de noviembre bajo el lema «Quo vadis. Pensar y actuar en tiempos de incertidumbre». María San Gil fue la responsable de presentar las líneas generales del evento como nueva codirectora del congreso junto a José Masip.
«Cuanto mayor es la pérdida de referencias permanentes, más desorden político y social existe», expuso la vicesecretaria de la Asociación Católica de Propagandistas. Con ese punto de partida, hizo un llamamiento a los creyentes de nuestro país para liderar «un redoblado esfuerzo en la defensa de sus fundamentos: la defensa de la vida, la familia, la cultura del esfuerzo, la dignidad y la naturaleza de la persona humana».
Y es que, el manifiesto del congreso alerta de un «intento de marginación y desprecio» del humanismo cristiano por parte de «una moda dominante». Incluso, se advierte de que se busca «la construcción de un orden social y político basado en la premisa más o menos explícita de vivir como si Dios no existiera». Al ahondar en este contexto, se subraya tanto la amenaza que supone el relativismo como el extremismo en medio de una sociedad que «necesita cohesión y fundamentos».
Pero, ¿qué papel deben jugar los católicos en estas coordenadas? Los propagandistas defienden que «tan equivocada es la consideración de que todos los católicos pensemos lo mismo en todas las cuestiones políticas, como concluir que no tenemos cohesión alguna en el ámbito público, razón por la que deberíamos abstenernos de toda toma de posición social y política». Es más, en boca de San Gil, detallan que «no se trata de buscar, encontrar y apoyar una opción política partidaria, sino de enunciar y articular una estrategia o un conjunto de iniciativas, a modo de plan que contribuya a una toma de conciencia de la gravedad de la situación». Así, la Asociación Católica de Propagandistas busca abanderar un «catolicismo social, por lo general silencioso e irrelevante», presentándose en medio de la sociedad como esa «minoría creativa» que han defendido tanto Benedicto XVI como Francisco.
«No es dramático, pero los católicos debemos posicionarnos e intervenir en la vida pública más intensamente», expuso por su parte Masip, que además de codirector del congreso es vicepresidente de la Asociación Católica de Propagandistas.