A veces se recurre al Reino de Bután para ponerlo como ejemplo de éxito en la lucha contra la masificación turística. Y eso porque ha mantenido desde el año 1974 una política de cobrar a los visitantes un tributo de 200 dólares por turista y noche de estancia al entrar al país. Pero esa interpretación es un bulo, como se verá. En primer lugar, el feliz Reino de Bután es un pequeño país de casi 800.000 habitantes y una superficie similar a la de Extremadura, que está entre India y China según se sube a mano derecha –en el Himalaya, pegado al monte Everest–, y al que se llega generalmente desde Nepal o desde Bangladesh en pequeños aviones de pocas...
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