¿Por qué ya nadie aspira a ser culto?
A finales de agosto, el periodista Sergio Fanjul publicó una doble página sobre el decreciente prestigio que conllevan los conocimientos culturales. Se trata de un asunto que lleva sobrevolando la conversación pública desde que el sociólogo francés Pierre Bourdieu publicó su clásico La distinción: criterio y bases sociales del gusto (Taurus, 1990). Allí explicaba como el capital cultural es clave en el ascenso social y produce muchas veces un efecto intimidatorio por el que, ante un encuestador, las clases subalternas de Francia respondían que su música preferida era los valses (vi ...