Los retos de España en Defensa y Seguridad: de África a los problemas de personal y la reserva
En el marco del I Congreso Internacional UNIE Universidad "Nuevos retos jurídicos de la Defensa y la Seguridad" que se celebra entre hoy y mañana en la sede de LA RAZÓN, uno de los debates más destacados ha sido el de los "Retos actuales de la Defensa y la Seguridad", en el que se han puesto sobre la mesa los desafíos, nacionales e internacionales, derivados de la inestabilidad mundial y de los cambios que se están llevando a cabo a nivel geopolítico.
Tres han sido los prestigiosos ponentes que han participado en el mismo: el teniente general en la reserva Fernando García González-Valerio, ex jefe del Estado Mayor Conjunto (EMACON); el almirante en la reserva Juan Rodríguez Garat, ex segundo Jefe de Estado Mayor de la Armada, y Luis Gabriel González Rodríguez, presidente de la Sección de Derecho Militar y de Seguridad del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM). Todos han coincidido en la necesidad de que tanto las Fuerzas Armadas -y la industria que las acompaña- como las normas que las regulan se adapten a los constantes y rápidos cambios.
El primero en tomar la palabra ha sido el teniente general González-Valerio, quien ha destacado "la incertidumbre del momento en ese entorno volátil y complejo en el que nos encontramos, que va a tener muchas consecuencias". En este sentido, pese a que los más destacados serían los conflictos de Ucrania o Gaza, sí que ha querido dejar claro que "también tenemos muchísimos problemas". "Nosotros tenemos nuestro patio trasero, que es África, que, queramos o no, es un problema por todos los problemas de inseguridad, trafico de armas, de personas, inestabilidad, fata de oportunidades...". Pero, en general, ha hecho hincapié en que "tenemos varios posibles conflictos en ciernes".
"EE UU, China, Rusia, Marruecos..."
En este sentido, se ha referido a la "crisis del orden liberal internacional", con la que "se ha acabado el dominio norteamericano y hay naciones como China o Rusia que quieren recuperar su antiguo poder". O al "auge de potencias regionales, como la India con un competidor tremendo como China". "O Irán, que esta en lo que llamamos el 'eje del mal', apoyando a Hizbulá, Hamás o Rusia". Sin olvidarse, entre muchos otros, de las "potencias regionales emergente como Turquía, con gran penetración en África". Más cerca, ha hecho referencia a Marruecos, "que está incrementando su esfera de influencia".
Ha hablado de que "hay un modelo diferente. Antiguamente, o estabas en un lado, en el lado occidental o eras neutral. Y ahora, hay naciones que están en un lado muy claramente, otras que están totalmente enfrente, y otras que tienen una cierta ambigüedad, como la India, que está, por un lado, tendiendo la mano a occidente, porque necesita su apoyo frente a China, pero que también hace tremendos negocios con Rusia". "Tenemos esto mismo con Turquía y Marruecos".
A partir de esta rápida radiografía del mundo y sus intereses geopolíticos, el teniente general se ha centrado en cómo afecta esta realidad a las Fuerzas Armadas españolas. "Tenemos que preparar la fuerza futura, lo que requiere muchos años de obtención de capacidades, y la preparación del personal de esa fuerza, que es algo que no se improvisa de un día para otro". "Tenemos que hacer un ejercicio de prospectiva para decir qué Fuerzas Armadas vamos a necesitar, qué recursos económicos vamos a disponer, qué tecnología...".
Y, sobre todo, el recurso de personal, "que cada vez tiene que ser más tecnificado, más comprometido y mejor preparado". Aquí, ha hecho un inciso para remarcar "los problemas de reclutamiento", los cuales, "en las Fuerzas Armadas españolas nosotros los estamos teniendo".
Disuasión
Ha querido dejar claro que "el concepto de la disuasión ha vuelto para quedarse por mucho tiempo". Esto es: "Si tengo un potencial adversario que quiere algo de mí, tiene que estar seguro de que si atenta contra mis intereses, va a perder más que ganar". Y ha citado en este sentido tres claves que hay que tener en cuenta.
La primera, contar con "una capacidad militar muy potente y tecnológicamente muy avanzada. En segundo lugar, se ha referido a la "voluntad política de empleo, independientemente del color del Gobierno". Y, la tercera, una estrategia de comunicación para que el potencial adversario sepa que tenemos las capacidades y la voluntad política de empleo en caso de que fuese necesario".
En lo que se refiere a las capacidades, ha señalado, entre los retos para España, "la necesidad de disponer de capacidades" y reservas suficientes que permitan afrontar conflictos largos y de alta intensidad, como se ha visto en Ucrania. Esto implica, ha destacado, "tener capacidades militares, tener capacidad de producción y personal para sostener esas operaciones". Y, sobre todo, "superioridad tecnológica" y "la capacidad de producir munición".
También se ha referido a la necesidad de "apostar por la tecnología", contando con una industria fuerte. Así, ha hecho hincapié en que "la industria ha de satisfacer las necesidades militares, no al revés". Y ha puesto de manifiesto la necesidad de acortar como sea los plazos de diseño y producción, porque "una fragata diseñada hace 20 años, cuando entra en servicio ya se queda obsoleta". Al mismo tiempo, en una especie de queja, ha incidido en que muchas veces, por culpa de los bajos presupuestos de Defensa, "que son los que son", se adquieren capacidades "sin los sistemas de protección necesarios". Además, ha pedido a la industria "simpleza". Por último, ha criticado "el exceso de regulación" en Europa.
Personal y reserva
Por su parte, el almirante Rodríguez Garat ha comenzado hablando de la necesidad de contar con "un marco jurídico en la Defensa" como consecuencia del golpe dado por Rusia, "que lo ha destruido".
Acto seguido, ha puesto el foco en el personal ante un "escenario que ha cambiado", sobre todo porque han vuelto a resurgir esas "guerras largas y de alta intensidad".
"En este momento, las unidades militares, y desde luego los buques de guerra, cubren sus plantillas con la misma normativa en la práctica con la que se cubre las de los funcionarios de cualquier oficina de la Administración", ha señalado, añadiendo que "eso implica que las unidades, un barco de guerra que sale desplegado, salen con un 10% de puestos sin cubrir y con un 10% adicional de personas que, por estar de baja o por haber escogido la conciliación familiar, tampoco sale a las operaciones y que hay que cubrir con voluntarios o comisionados". "Eso era aceptable en escenarios de baja intensidad, pero no lo será en una guerra del futuro".
Al mismo tiempo, en la línea de esos conflictos de alta intensidad, ha hecho referencia a otro "problema jurídico a resolver": el de la reserva.
"Nuestro modelo de Tropa y Marinería no genera reservas. En estos momentos hay unos 4.000 Reservistas de Especial Disponibilidad (RED) de una media de 46 años. Y en cuanto a las reservas voluntarias, tenemos unos 3.000 con una media de edad de 49 años". Por ello, ha sentenciado que "España no tiene resuelto ese problema que empieza a preocupar más con la perspectiva de una regla larga".
Por último, ha planteado otro reto jurídico: que "los valores del soldado del futuro, están muchas veces en contraposición con las normas laborales que ha aprobado el Gobierno para todos los profesionales". Esto es, "disciplina o disponibilidad", algo, ha señalado Rodríguez Garat, que es un desafío jurídico" que hay que abordar.
Defensa y Abogacía
Para cerrar el debate, Luis Gabriel González ha incidido en la necesaria relación entre la Abogacía y la Seguridad. Y para comenzar, ha puesto de manifiesto que "los abogados cumplimos una faceta importante desde el punto de vista de la jurisdicción militar en temas de Defensa". Y es que, tal y como ha comentado, "cada vez hay más gente que quiere participar en distintas posiciones en estos temas".
Por ello, ha confesado que uno de sus objetivos es el de "influir en que la Abogacía debe posicionarse desde un punto de vista de la industria de Defensa y Seguridad", algo para lo que es necesario "formar abogados". En este sentido, ha señalado el reto que supone "unir la Academia y la experiencia".
Porque, ha incidido, la Defensa es un "ámbito muy especializado, muy complejo, que se separa de los plazos de contratación y fabricación de determinadas armas y materiales", lo que "nos hace pensar que podríamos ofrecernos para colaborar con la industria".
Y es que ha recordado que existe una "demanda de servicios jurídicos de la industria de la Defensa", por lo que ha apuntado que "hay que ver como contribuir". Porque "entendemos que hay una parte importante del derecho administrativo, como la contratación pública, las concesiones, los permisos y licencias... que son áreas clave para las empresas de la Defensa que requieren asesoramiento legal".