Un tercio de los jóvenes utiliza la IA para pedir consejo sobre sus relaciones sociales
Las nuevas tecnologías tienen cada vez una mayor influencia sobre los niños y adolescentes, y se quiera o no, llegan a moldear muchos aspectos de su vida, porque su presencia se ha extendido desde la intimidad del hogar hasta el ámbito educativo y social.
Para analizar las consecuencias que tienen sobre la salud, el bienestar y el desarrollo de los menores, la Fundación Sol ha dado a conocer los resultados de su informe «Percepciones sobre el impacto de contenidos digitales en la infancia y la adolescencia», que ha sido presentado en Madrid.
Un dato muy llamativo que muestra el documento es que un tercio de los adolescentes depositan su confianza en la Inteligencia Artificial (IA) para recibir consejos sobre sus relaciones sociales, lo que demuestra el papel creciente de estas tecnologías en su día a día. Por sexos, son los chicos los que más emplean esta herramienta para plantear cuestiones sobre su vida (un 40%), mientras que en el caso de las chicas el porcentaje desciende a un 21%.
A nivel general, un 45% de los jóvenes de entre 15 y 17 años ha utilizado la IA, sobre todo chatbots como ChatGPT (el 80%), los asistentes virtuales (53%) y en menor medida las herramientas para editar y crear imágenes (35%). La gran parte utiliza la Inteligencia Artificial con fines educativos, como completar los contenidos de una materia (58%), para estudiar y preparar exámenes (44%) o para hacer trabajos (39%). En este sentido, algunos de los docentes entrevistados consideraron necesario un cambio de enfoque en la enseñanza para adaptarse a esta nueva tecnología.
El informe de la Fundación Sol indica además que el 96% de los niños de 11 a 14 años tiene al menos un dispositivo de uso personal, que suele ser el teléfono móvil en el 80% de los casos. El porcentaje es muy preocupante entre los más pequeños de la casa, ya que el 60% de los menores de seis años posee un dispositivo personal. La entrada a las nuevas tecnologías entre los niños suele producirse con las tablets, y luego se van incorporando otros dispositivos, como el móvil, los ordenadores y las videoconsolas.
El acceso a internet supone su toma de contacto con las redes sociales, sobre todo en el caso de los adolescentes, que usan en su mayoría Instagram y Tik Tok (85%) para entretenerse, mantenerse informados y relacionarse con otros. Se da la paradoja de que para 7 de cada 10 familias son estas dos RRSS las que más temor causan, por la influencia que tienen en la vida diaria de los menores, y por cómo afectan a su desarrollo social y emocional.
Por este motivo, 3 de cada 4 padres consideran que implementar sistemas de verificación por edad contribuiría a crear entornos digitales más seguros. Es significativo que uno de cada tres progenitores confiese que si pudiera volver atrás en el tiempo retrasaría la edad de entrega del primer móvil a sus hijos hasta los 15 años.
Para realizar el informe, elaborado con la colaboración de la consultora GAD3 y la Fundación Nemesio Díez, se realizaron 1.983 entrevistas online entre el 25 de junio y el 17 de julio, tanto entre padres con hijos con edades comprendidas entre 1 y 14 años como a adolescentes de entre 15 y 17 años.
Tecnologías en la enseñanza
Los dispositivos tecnológicos ya están incorporadas a las aulas, donde hay que destacar las posibilidades que ofrecen y la optimización de ciertas actividades. No obstante, el informe señala que los docentes, pese a reconocer sus ventajas, también identifican inconvenientes, como su alto coste y la ralentización del ritmo de las clases, por lo que la mayoría de ellos aboga por un modelo híbrido que las incorpore como una herramienta complementaria a las tradicionales.
El documento de la Fundación Sol destaca además que la prohibición de los dispositivos personales (móviles) ha sido muy bien acogida por los profesores entrevistados, especialmente entre los de secundaria, que dicen que el cambio en los alumnos es evidente y positivo.
Pese a que las TRIC (Tecnologías en la Relación la Información y Comunicación) facilitan el entretenimiento, las comunicaciones y proporcionan un fácil acceso a información, los jóvenes se enfrentan a una serie de importantes riesgos cuando las usan, como su capacidad adictiva, las estafas y las suplantaciones de identidad, así como el acceso a contenidos inapropiados.
En este aspecto, pese a que los adolescentes se consideran a sí mismos menos vulnerables (según el informe) que personas más mayores, uno de cada cuatro afirma haberse enfrentado a casos de sexting (imágenes personales con connotación sexual utilizadas sin consentimiento) o deepfakes (vídeos manipulados para hacer creer a los usuarios que ven a una determinada persona).
Vigilancia de los padres
Respecto a la supervisión parental, el texto indica que el 60% de los padres supervisa el uso de dispositivos en sus hijos menores de 15 años, mediante herramientas de control parental, y limitando el tiempo de exposición a las pantallas. Ante ello, los hijos reaccionan con emociones negativas, como la frustración y la sensación de ser controlados. Es significativo también que el diálogo entre padres e hijos sobre nuevas tecnologías disminuye a medida que estos crecen.
Asimismo, el 80% de los progenitores se muestra muy o bastante preocupado de que sus hijos no tengan alternativas de ocio al uso de pantallas. Entre las actividades más fomentadas por los padres como sustitutas de la tecnología están los deportes (76%), las salidas al aire libre (71%) y la la lectura (68%), que se suelen promover más en las chicas, excepto en el caso del deporte.