La zona de los Valles del Sur (Campoo y Valderredible) es una de las grandes desconocidas de Cantabria pese a ser un destino mágico que presume de contar con el pico Tres Mares , punto considerado como el símbolo de la comarca que presenta una característica única en la península ibérica: de sus nieves nacen los ríos Ebro, Pisuerga y Nansa que van a parar, respectivamente, al Mediterráneo, el Atlántico y el Cantábrico. Además, esta área es perfecta para aquellos a los que les gustan los deportes de aventura y nieve –aquí está la estación de Esquí y Montaña Alto Campoo –, y para los amantes de la naturaleza, pues en su estampa se reparten paisajes destacados como las sierras de Peña Labra y El Cordel, el nacimiento del Ebro en Fontibre, las profundas hoces que crea a su paso por Villaescusa o el contorno del embalse. El embalse del Ebro , también conocido como el pantano de Reinosa o de Arija, es uno de los más grandes de España y la mayor extensión de agua dulce de Cantabria. Fue proyectado en 1913 por Manuel Lorenzo Pardo y comenzó a construirse entre las décadas de los 20 y los 40, aunque no sería inaugurado hasta 1952. La idea era aprovechar la zona de la cabecera del Ebro para acumular el agua que posteriormente sería utilizada por los regadíos de La Rioja, Navarra y Aragón. Pero, a pesar de su gran utilidad esta obra de tal calibre afectó también a la comarca de forma negativa ya que varios pueblos como Quintanilla, La Magdalena, Medianedo o Las Rozas de Valdearroyo fueron totalmente inundados y reconstruidos en otras ubicaciones obligando a sus vecinos a abandonar las tierras donde habían crecido, muchos de ellos en unas condiciones muy precarias. Esto hizo que algunos de ellos plasmaran lo ocurrido en canciones populares conocidas como las coplas del pantano que cantaban en la clandestinidad. De todas las casas y edificios que el agua cubrió, solo uno de ellos se mantiene hoy día en pie, la iglesia Villanueva de las Rozas , o más bien, su torre. Esta construcción que emerge del pantano es uno de los puntos más fotografiados y conocidos del sur de la provincia. Conocido como 'La catedral de los peces' , el templo fue levantado a finales del siglo XIX y hoy día es un mirador privilegiado del paisaje del pantano. Cuando el embalse tiene poca agua se puede admirar su estructura por completo e, incluso, tumbarse a sus pies bajo el sol o remojarse en el agua. Visto su gran interés turístico, en 2020 se acometieron obras para mejorar el paseo hasta la torre y garantizar la seguridad y comodidad de los visitantes. Así, hay una pasarela de madera de 54 metros de longitud que facilita el acceso hasta el campanario de la torre a la que se sube por una escalera de caracol y desde donde se puede observar el entorno del pantano guiado por unos pequeños paneles informativos. Situado entre las comarcas de las Merindades (Burgos) y Campoo-Los Valles (Cantabria) el embalse se ha convertido también en uno de los mejores humedales del norte de España con una destacada población de aves acuáticas , lo que hace que sea un lugar perfecto para la observación de las mismas. Además, es un paraíso para los aficionados a las actividades náuticas. Existen diferentes empresas que ofrecen la opción de probar 'kitesurf' y 'wingfoil', principalmente, gracias a que sus aguas tranquilas y vientos constantes ofrecen las condiciones perfectas durante todo el año para la práctica de estas disciplinas. Por otro lado, también se puede optar por dar un paseo en barco para descubrir sus rincones más escondidos, pescar –es un lugar popular para la pesca de trucas, carpas y otras especies– o hacer senderismo alrededor del embalse.