Alcaraz puede con Sinner en un thriller de tres horas y 20 minutos y gana el título en Pekín
Con la copa de campeón del ATP 500 de Pekín, sonriente, Carlos Alcaraz daba las gracias a su equipo y a su familia, algo habitual, pero esta vez añadió que le habían ayudado mucho los dos últimos meses en los que lo ha pasado mal, y le han dicho «las cosas que no quería oír». Después de los Juegos Olímpicos de París, pasó una pequeña crisis lógica por la acumulación de sensaciones de los meses anteriores, y la victoria en la final contra Jannik Sinner en la capital china (6-7 [6/8], 6-4 y 7-6 [7/3]) puede considerarse como el fin de la terapia.
En la Copa Davis y en la Laver Cup Carlos recuperó la energía y las ganas y durante toda la semana en Pekín ha mostrado un tenis imponente. Enfrentarse al número uno del mundo, con lo que supone porque, aunque se llevan muy bien, la rivalidad deportiva está ahí y genera mucha expectación, y saber sobrevivir a la presión a la que le sometió Sinner, es la demostración de que aquel episodio de finales de agosto y septiembre ya está olvidado. El décimo capítulo de los Alcaraz-Sinner no decepcionó. Se fue a las tres horas y 20 minutos y los dos tenistas tuvieron sus opciones. El primero, el español, que arrancó el duelo como si quien estuviera delante no fuera su gran oponente. Le dominó como había hecho con todos los demás, pero a la hora de cerrar el parcial con su saque se encontró con la reacción del número uno. Jannik no sólo recuperó el break de desventaja cuando restaba al límite, después pudo también sacar adelante tres pelotas de set, dos de ellas en un tie break en el que pasó del 6-4 al 6-8.
El único borrón de ambos jugadores fue que podían sacar mejor. A Alcaraz se le unió uno habitual: la falta de eficacia en las pelotas de break. Tuvo 15 en todo el encuentro y sólo concretó tres. Perder un set en el que había sido tan superior fue un golpe para el murciano, que perdió chispa. El momento clave para él fue con 3-4 y su servicio en el segundo parcial. Ese juego duró 15 minutos y el español tuvo que salvar dos pelotas de rotura que olían a despedida. La primera lo hizo con saque directo a 216 kilómetros por hora, y la segunda con uno al cuerpo a 209 que el italiano tocó, pero no le dio tiempo a apartarse del todo.
En esos momentos delicados, el pupilo de Juan Carlos Ferrero sirvió como nunca en el duelo, aunque después fallara alguna derecha. Conquistar ese juego fue un punto de inflexión. Sumó tres seguidos y llevó el duelo al parcial definitivo, ya con los dos jugadores a pleno rendimiento. Volvió a ser el español el que tomó el break de ventaja y Sinner el que llegaba desde atrás remontando. La historia parecía repetirse, y comenzó el desempate decisivo con un 3-0 para Jannik que le mandaba directo a la victoria. Pero la reacción final de Alcaraz fue de crack. Con dos puntos brillantes recortó distancias e hizo pensar de más a su oponente, que sumó algún error . Tuvo decisión el murciano para irse a la red y buscar ganadores de derecha. Fueron siete puntos consecutivos que le llevaron a doblegar a Sinner por tercera, de tres este curso.