Hasta siempre, Mayra
En este gremio de la televisión, de suyo tan siniestro y sin entrañas, es dificilísimo encontrar a alguien que suscite cariño y respeto unánimemente. Una de esas rara avis era Mayra Gómez Kemp, que ha dejado millones de momentos mágicos para la televisión. No quiero hablar de su trágica soledad tras la muerte de su esposo. Prefiero, y creo que ella estaría de acuerdo, hablar de su logro más conocido, presentar el “Un, dos, tres”, esa caja de sorpresas que llenaba el maestro Chicho Ibáñez Serrador. Cierto es que tuvo varios presentadores que dejaron su sello, pero si la gente t ...