Esta es semana de
Asamblea de compromisarios y es lógico que el club salpique la agenda con buenas noticias: la foto de las primeras sillas rojas en la grada del
Camp Nou, la presentación de los actos del 125 aniversario, el anuncio de renovación con
Nike… La propaganda es legítima. La ilusión, necesaria. Y más cuando los números tienen que presentar a los socios son más allá de malos, nefastos. La prueba que es las cuentas anuales, cerradas sobre la campana, no fueron presentadas como se solía en un acto público, con prensa especializada. Se ventiló con un escueto comunicado, con muy poca información y con la noticia relevante de los 91 millones de pérdidas en la última frase, intentado pasar desapercibida. Luego, analizando la auditoría de
Grant Thornton supimos que en realidad las pérdidas deberían ser mucho mayores de lo que cuenta el relato oficial.
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