Estos son los peligros de tener el cortisol elevado según Marian Rojas
El cortisol, comúnmente conocido como la “hormona del estrés”, se activa en situaciones de peligro o tensión. Esta hormona juega un papel crucial en la respuesta de lucha o huida, ayudando al cuerpo a reaccionar ante amenazas. Según la doctora Marian Rojas Estapé, "el cortisol se activa en los momentos de amenaza, de alerta, de miedo y de incertidumbre. Si vas caminando por la calle y te atracan, automáticamente el corazón empieza a latir, y todo el organismo se pone en marcha con la adrenalina, luego, unos segundos más tarde, el cortisol". Estas dos sustancias, la adrenalina y el cortisol, son esenciales para responder de manera adecuada a situaciones estresantes.
Este proceso es fundamental en situaciones de riesgo. Sin embargo, el problema surge cuando el cortisol se mantiene elevado durante largos periodos debido al estrés constante, aunque las amenazas no sean reales. Marian Rojas explica que “el 90% de las cosas que nos preocupan nunca jamás suceden, pero nuestro cuerpo y nuestra mente lo viven como si fuera real”. Este estado de alerta innecesario mantiene elevados los niveles de cortisol, lo que puede tener consecuencias serias para la salud.
El bloqueo de la corteza prefrontal
Uno de los principales efectos del cortisol elevado es el bloqueo de la corteza prefrontal, la región del cerebro encargada de funciones cruciales como la toma de decisiones, la empatía y el control de los impulsos. Según Marian Rojas, es la parte del cerebro que gestiona los impulsos, la que reflexiona y empatiza. Cuando el cortisol inunda el cuerpo, esta zona se ve afectada, lo que nos hace menos capaces de controlar nuestras emociones, reaccionar con calma o pensar con claridad en situaciones difíciles.
Este bloqueo nos puede llevar a tomar decisiones impulsivas o a sentirnos desbordados emocionalmente. Además, cuando se apaga esta capacidad de reflexión, se intensifican las respuestas automáticas y primitivas, favoreciendo la ansiedad y el estrés.Los procesos depresivos y el estado de alerta constante
El cortisol no solo afecta nuestra capacidad de controlar impulsos, sino que también está estrechamente relacionado con los procesos depresivos. Marian Rojas destaca que “muchas tristezas provienen de vivir en un estado de alerta durante muchos años”. Mantener el cuerpo y la mente en este estado, como si siempre estuvieran ante una amenaza, agota las reservas emocionales y físicas. Esto puede derivar en depresión, ya que el cuerpo se ve incapaz de relajarse o de recuperarse.
Este estado de alerta también genera una cascada de síntomas físicos. Entre ellos, el más común es la inflamación. La presencia sostenida de cortisol activa la inflamación en diversas partes del cuerpo, lo que puede derivar en problemas como dolores musculares, fatiga crónica, insomnio e incluso enfermedades más graves como enfermedades cardíacas y metabólicas.
¿Por qué es importante el cortisol?
Aunque el cortisol puede ser peligroso cuando se mantiene en niveles elevados, también es necesario en cantidades adecuadas. Marian Rojas nos aclara que esto es bueno que sea así y necesitamos que nuestro organismo sepa funcionar bien en los momentos de estrés. Es decir, es vital que nuestro cuerpo tenga la capacidad de activar su sistema de alerta para hacer frente a situaciones peligrosas, pero el problema surge cuando vivimos en un estado continuo de estrés.
¿Cómo reducir los niveles de cortisol?
Reducir el cortisol es clave para mejorar tanto nuestra salud mental como física. Marian Rojas recomienda adoptar hábitos que nos ayuden a mantener el estrés bajo control, como:
- Practicar ejercicios de relajación, como el mindfulness o la meditación.
- Mantener una rutina de ejercicio físico moderado.
- Establecer límites saludables en el trabajo y la vida personal.
- Dormir lo suficiente para permitir que el cuerpo se recupere.
La clave está en buscar formas de reducir el estado de alerta constante en el que vive nuestro organismo, brindándole el descanso necesario para restaurar el equilibrio.
El cortisol es una hormona esencial para nuestra supervivencia, pero cuando se mantiene elevado de forma prolongada, puede tener efectos graves en nuestra salud. Como explica Marian Rojas, su impacto sobre la corteza prefrontal y su relación con procesos depresivos hacen que controlar nuestros niveles de estrés sea fundamental. Aprender a gestionar nuestras preocupaciones y darle al cuerpo el descanso que necesita es clave para preservar nuestro bienestar a largo plazo.