Publicaba 'El País' esta semana un artículo titulado 'Cuando excitarse no tiene nada que ver con el sexo: así funcionan las erecciones afectivas', que me tiene loco. Un extracto de tamaña obra de investigación decía así: «Mi chico tiene una erección cada vez que le hago su sándwich preferido. No hablo de uno normal, sino uno de carne, queso provolone, mostaza estilo deli, tomates, cebolla y chucrut en pan de centeno tostado. Es una viagra inmediata». El artículo, firmado por la periodista Marita Alonso, comenzaba de esta guisa: «En un mundo coitocentrista, falocentrista, todavía machista e hipersexualizado, la erección representa (en diversos planos, ideologías y arquitecturas mentales) algo muy parecido al triunfo». Es divertido leer a según qué personajes escribiendo...
Ver Más