Es la academia de la felicidad. Es un Cilindro lleno de alegría. Es
Racing el que celebra porque salta a una final internacional después de 32 años. Es Racing el que goza porque por primera vez jugará la final de la
Copa Sudamericana. Es Racing el que se planta contra la supremacía brasileña en el fútbol continental de equipos y elimina al
Corinthians de Ramón Díaz y de
Memphis Depay. Y todo lo merece.
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