Ya no era una cuestión de mal juego (mejorable) ni de puntería (desafortunada). Parecía cosa de brujería que el Barça de fútbol sala encadenara 72' sin marcar entre los 40' de Santa Coloma (derrota 1-0 ante Industrias) y los primeros 32' contra el Zaragoza en el Palau (0-1 desde el 2'). Ya es difícil esa cifra en un deporte en el que prácticamente se dispara a portería casi cada minuto. Pero apareció
Antonio, el autor precisamente del 3-2 en los últimos segundos ante el Manzanares, el último gol, para anotar el 1-1 con un disparo cruzado. Y
Dyego aprovechó el fin del gafe para lograr el 2-1 en el 35' con su clásica jugada de crack mundial con latigazo final.
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