Año 1962, clima de máxima tensión en el mundo. Los estadounidenses y los soviéticos, representantes máximos del capitalismo y el comunismo, se miran pero no se tocan. Estalla la crisis de los misiles de Cuba y en la base de Aitana, el enclave militar inaugurado en 1960 tras un acuerdo en materia de defensa entre España y Estados Unidos, aparece una mujer de luto junto a un sacerdote. Buscan al soldado George Carroll. Atónitos, los militares americanos de la garita, llaman inmediatamente a sus superiores.