El de la Comunidad Valenciana es un pueblo curtido en múltiples catástrofes provocadas por el agua. Pese a ser un territorio ligado desde el exterior al sol y la playa y estar castigado por largos períodos de sequía, las lluvias torrenciales son frecuentes y han dejado cicatrices imborrables en la memoria colectiva de la provincia de Valencia y Alicante desde hace siglos.