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Ноябрь
2024

Plagas de mosquitos, la nueva amenaza en los pueblos inundados de Valencia

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  1. Preocupa la contaminación del agua
  2. Proliferación de mosquitos por las enfermedades que transmiten
  3. Otro problema: la calidad del aire 
  4. Alerta por gases tóxicos
  5. La habitabilidad no está en riesgo
Contenedor de escombros en Sedaví, a 5 de noviembre de 2024, en Valencia. (Foto: Rober Solsona / Europa Press)

Las inundaciones de Valencia provocadas por la dana han dejado tras de sí una serie de riesgos sanitarios en los municipios afectados. Entre las amenazas más preocupantes, se encuentra la proliferación de mosquitos en áreas donde las aguas estancadas se han convertido en un caldo de cultivo para estos insectos, que son transmisores de enfermedades peligrosas como el dengue, la fiebre amarilla y el virus del Nilo, entre otras. 

Jorge Galván, director general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), ha advertido de que, aunque la situación se encuentra controlada, se deben tomar medidas de vigilancia para evitar que la situación derive en una crisis de salud pública.

Preocupa la contaminación del agua

Uno de los principales problemas que afecta actualmente a los municipios azotados por la dana es la calidad del agua potable. Aunque en varias localidades el suministro en los domicilios se ha restablecido, muchas fuentes aún no son aptas para el consumo.

“Es fundamental medir adecuadamente el nivel de cloro para garantizar la seguridad”. Esto, según el experto, es importante para las personas que están expuestas a los efectos de la inundación, ya que podrían contraer infecciones por bacterias en caso de que entraran en contacto con agua contaminada. 

Proliferación de mosquitos por las enfermedades que transmiten

En paralelo, las aguas estancadas, que persisten tras el paso de la dana, han favorecido la proliferación de plagas, incluyendo ratas, cucarachas y, sobre todo, mosquitos. Esta situación es especialmente crítica en la región de Levante, donde las condiciones climáticas (lluvia y humedad) y el agua acumulada ofrecen un entorno idóneo para que estos insectos se reproduzcan rápidamente.

La presencia de mosquitos en áreas habitadas no solo es una molestia, sino que supone un riesgo para la salud debido a su capacidad de transmitir enfermedades graves. Una de ellas es el virus del Nilo, cuya incidencia se ha triplicado en España y se ha cobrado la vida de ocho personas en el último año. Todos los casos se han detectado en Andalucía y Extremadura. 

También preocupa el dengue, enfermedad infecciosa transmitida por el mosquito tigre, que ha registrado recientemente un importante brote autóctono. Se notificaron ocho casos en Tarragona. La evolución de todos los contagiados fue buena y en menos de 48 horas recibieron el alta. La mayoría de las veces la infección cursa de forma leve, o incluso asintomática, pero si el paciente desarrolla el llamado dengue grave, en el que los síntomas se recrudecen y aparecen otros como vómitos, hemorragias... la mortalidad es elevada.

Otro problema: la calidad del aire 

Además de los mosquitos, existen otros riesgos relacionados con la calidad del aire en los espacios cerrados, donde el desarrollo de mohos es frecuente tras las inundaciones. Los conductos de ventilación, que en muchos casos se han visto expuestos al agua y la humedad, se convierten en un foco de crecimiento de hongos que pueden provocar problemas respiratorios.

“La dificultad radica en que estos mohos no siempre son fáciles de detectar y limpiar”, indica Galván. Por ello, es fundamental realizar desinfecciones adecuadas en las viviendas afectadas antes de que se retome su uso habitual.

Alerta por gases tóxicos

Otro peligro latente que acompaña a la retirada del agua es la posible presencia de gases tóxicos. Durante las tareas de bombeo y achique, la liberación de materiales puede generar acumulación de monóxido de carbono, especialmente en los espacios cerrados y mal ventilados, lo que incrementa el riesgo de intoxicación.

De hecho, 19 voluntarios se intoxicaron el pasado sábado en el municipio valenciano de Chiva por un escape de gas que sufrió una bomba de agua con la que trabajaban mientras realizaban labores de limpieza. 

La Consejería de Sanidad de Valencia informó de que, para evitar intoxicaciones por monóxido de carbono, las máquinas de lavado a presión y los generadores portátiles que funcionen con gasolina, diésel, propano o equipos para quemar carbón deben utilizarse a una distancia de "al menos 5 metros de cualquier puerta, ventana o rejilla de ventilación" y nunca dentro del interior de la vivienda.

El Ministerio de Sanidad ha pedido protegerse ojos, boca y manos para limpiar y no comer nada que haya estado en contacto con el agua de las inundaciones. 

La habitabilidad no está en riesgo

A pesar de estos desafíos, Galván asegura que la habitabilidad no está en riesgo siempre que las labores de limpieza y desinfección se realicen de forma rigurosa. “Con las medidas adecuadas, es posible restaurar la salubridad de los espacios y garantizar que las viviendas puedan volver a ser habitadas sin peligro”.

Sin embargo, subraya que será clave seguir las recomendaciones de los profesionales de sanidad ambiental y realizar una vigilancia continua de las condiciones tanto del agua como del aire en las zonas afectadas.

Dos operarios en Massanassa, a 5 de noviembre de 2024, en Valencia. (Foto: Carlos Luján / Europa Press)



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