¿Puede la Justicia arruinar la vida de un niño y su madre, que intenta reconstruir amorosamente pese a los ataques sistemáticos del progenitor, que ejerce sobre ellxs violencia vicaria? A todas luces, sí, y es el verdadero poder judicial, un patriarcado castigador entrenado para transformar en pesadilla el anhelo de vivir una existencia libre de violencias.