Olvídate de las especias y los aditivos: este el secreto de las abuelas para potenciar el sabor de los guisos
En la cocina tradicional, preparar un buen guiso es un arte que las abuelas dominan a la perfección, no existe nada más delicioso que un plato de cuchara casero, un sabor que evoca los momentos más felices de nuestra infancia y en el cual encontramos el confort y calor de nuestro hogar. Esta claro que la práctica hace al maestro, y los años no vienen solos, las abuelas conocen el truco con ingredientes naturales y técnicas simples pero efectivas para maximizar el sabor de cada elemento.
El primer consejo de las abuelas es evitar esos métodos modernos como pastillas de caldo y especias industriales, y mejor usar ingredientes frescos y de calidad. Las verduras, carnes y legumbres en su estado óptimo aportan sabor genuino que no puede igualarse con ingredientes procesados. Asimismo, garantizan que el guiso sea saludable, sin aditivos ni conservantes. Las abuelas saben que los alimentos de temporada son los que mejor complementan un guiso.
Un guiso de abuela se prepara a partir de un caldo casero
Otro de los grandes secretos de las abuelas para obtener un buen guiso es preparar un fondo o caldo casero. Este caldo, que sirve como base para numerosos platos, se logra al cocinar huesos y restos de carne junto con verduras como zanahorias, cebollas, apio y ajo a fuego lento durante varias horas. Cuando comience a hervir retira la espuma que se acumule en la superficie.
Finalmente, se cuela el caldo y se ajusta de sal al gusto. El resultado siempre nos deja sin palabras, un caldo perfecto como base para sopas, arroces o guisos. El propósito de este proceso es que todos los sabores se concentren en un caldo con cuerpo y nutrientes.
¿Cómo preparar un buen sofrito?
El sofrito es otra de las técnicas fundamentales que las abuelas usan para mejorar el sabor de sus guisos. Para preparar un sofrito es necesario dorar lentamente una mezcla de cebolla, ajo, pimiento y, a veces, tomate en una cantidad generosa de aceite de oliva. Es un paso que requiere paciencia, ya que se necesita tiempo para que los ingredientes liberen todos sus jugos y se combinen en una base aromática que añadirá profundidad al guiso final.
Un truco adicional que las abuelas utilizan con frecuencia es añadir una pequeña cantidad de alcohol, como vino tinto, blanco o incluso coñac, al guiso. Pero no te preocupes, este ingrediente solo le aporta un leve dulzor que se integra en el guiso sin dejar rastros de alcohol, ya que este se evapora durante la cocción. Además, es ideal para cocinar la carne y las verduras.
La importancia del fuego lento
Las abuelas insisten en lo esencial que es cocinar el guiso a fuego lento y sin prisas. Este método de cocción permite que todos los ingredientes se mezclen potenciando el sabor de cada uno y logrando una textura suave. Los guisos que se cocinan durante horas tienen una intensidad que no se consiguen con métodos rápidos. Con un ritmo de vida acelerado sabemos que las pastillas de caldo son la solución para reducir los tiempos de preparación, pero la calidad se ve fuertemente comprometida.
Por último, uno de los aspectos que también destacan las abuelas es la necesidad de probar y ajustar el guiso durante la cocción. Ellas recomiendan sazonar poco a poco, probando el guiso para asegurarse de que los sabores estén en su punto y ajustando la sal, el aceite o las especias según sea necesario.