Como si fuera un tsunami, pero que venía de los barrancos en vez del mar, la riada de Valencia arrastró hasta la Albufera los fardos de basura empaquetados de una planta de Torrente, a unos 15 kilómetros de distancia. Entre los campos de arroz de este parque natural, hoy embarrado por la inundación, se ven por doquier junto a coches aplastados, troncos, contenedores, cubos y todo tipo de enseres, desde pañales hasta botes de café. Entre ellos, enterrados entre las cañas y el barro, también hay cuerpos de seres humanos, los desaparecidos que se llevó la tromba de agua aquel fatídico martes 29 de octubre. Uno de ellos fue localizado este viernes por la mañana cerca de una vaquería alrededor...
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