La UE sigue dividida sobre la utilización de misiles contra Rusia
Las cancillerías europeas sigue divididas sobre la utilización de armas de largo alcance para permitir que Ucrania responda a objetivos en territorio ruso. Tras el paso dado por Estados Unidos de suministrar los poderosos misiles ATACMS, la alegría va por barrios.
Si bien el máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, se ha felicitado de esta decisión, Alemania se sigue oponiendo y ha proferido uno de sus famosos Nein (No en alemán)
“Saben mi posición. Lo he venido diciendo una y otra vez, que Ucrania debe poder utilizar armas proporcionadas no solo para detener las flechas sino también para golpear a los arqueros”, ha asegurado Borrell. El ministro holandés de Exteriores, Caspar Vedldkamp, considera que el giro de Washington es una “importante noticia” mientras que el ministro de Exteriores lituano, Gabrielus Landsergis ha apostado por “más armamento, retirar todas las restricciones y tener una estrategia de victoria”.
Aunque Francia decidió enviar sus misiles de largo alcance SCALP a Ucrania , de momento sigue manteniendo sus reservas a que puedan utilizarse en territorio ruso, si bien para el Elíseo es una opción “a considerar”. Desde Berlín, los portavoces de la cancillería han negado que Alemania esté reconsiderando su posición tras el giro de la Administración Biden. El país ni siquiera ha dado el paso de entregar sus misiles de largo alcance Taurus.
La postura alemana no solo resulta controvertida por el suministro de armamento. La conversación telefónica mantenida entre el canciller alemán, Olaf Scholz y Vladimir Putin sin que el resto de los socios europeos lo supieran de antemano ha escocido en algunas cancillerías. Según Landsergir, ahora mismo este tipo de llamadas “no tienen sentido”. Su homólogo estonio, Margus Tsahkana también ha denunciado que ninguna gestión de este tipo fortalece la posición de la UE. “Putin no tiene planes de cambiar sus objetivos, por lo que tenemos que ser claros en el apoyo a Ucrania”, ha asegurado.
Todo indica que la implicación de tropas norcoreanas en la guerra de Ucrania ha sido el detonante para que Estados Unidos haya decidido dar este paso al frente en la cuenta final del mandato de Joe Biden. En la UE también preocupa la sospecha de que una fabrica rusa de drones se ha instalado en China para enviar estos aparatos no tripulados a Moscú. Aunque Pekín siempre ha negado cualquier implicación en la guerra de Ucrania, parece prácticamente imposible que esta tipo de hechos hayan podido tener lugar sin el conocimiento de las autoridades chinas.
La internacionalización del conflicto parece imparable. A esto se suma que la elección de Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos hace temer que Washington deje de apoyar a Ucrania en la guerra, lo que obligaría a los europeos a incrementar su ayuda para hacer frente al socavón dejado por EEUU. El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha asegurado que la vuelta de Trump a la casa Blanca debe hacer reflexionar al club comunitario sobre un cambio de estrategia. Este martes el presidente Volodímir Zelenski intervendrá ante la Eurocámara por videoconferencia para conmemorar 1.000 días de la invasión rusa.