Especialistas de los hospitales Quirónsalud en Sevilla -Quirónsalud Infanta Luisa y Quirónsalud Sagrado Corazón-, con motivo del Día Mundial de la lucha contra la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que se conmemora este 20 de noviembre, apuntan que esta enfermedad presenta un importante infradiagnóstico del 74,7% en España (70,4% en varones y 80,6% en mujeres), debido, principalmente, a que los síntomas son subestimados por los pacientes, lo que lleva, también, a que normalmente se diagnostique en estadios avanzados. Del mismo modo, el coordinador del Servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, Domingo García Aguilar, detalla que el espectro sintomático de la EPOC es muy amplio, encontrando pacientes completamente asintomáticos. «Entre los principales síntomas tenemos: tos, expectoración, disnea, sibilancias… todos estos síntomas son muy inespecíficos, ya que aparecen en cualquier paciente fumador, de ahí a que muchas veces la patología se diagnostique años después de iniciarse o incluso que haya un elevado porcentaje de pacientes sin diagnosticar», remarca García Aguilar. Ante el desconocimiento sobre esta enfermedad y la falta de diagnóstico, Jesús Peñas de Bustillo, j efe de servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón , aconseja evitar que la población normalice la presencia de síntomas respiratorios en especial la existencia de tos o falta de capacidad pulmonar solo por el hecho de ser fumadores o por estar en baja forma, además de alentar a aumentar la confianza de los pacientes en su médico como alguien que cuida su salud pulmonar y no se limita a amonestarlo por fumar, así como trabajar por generalizar el uso de espirometrías en pacientes fumadores. El uso de fármacos broncodilatadores por vía inhalada constituye la base del tratamiento de los pacientes con EPOC en las diferentes fases de la enfermedad. Así, el doctor Peñas de Bustillo destaca que «el tratamiento farmacológico constituye solo una parte del tratamiento, que debe de ser complementada con intervenciones no farmacológicas, que han demostrado disminuir la mortalidad en relación con el cese del tabaquismo, rehabilitación pulmonar, oxigenoterapia a largo plazo, ventilación mecánica no invasiva e , incluso, técnicas quirúrgicas, siendo imprescindibles en el abordaje integral de los pacientes con EPOC«. «En pacientes muy seleccionados con enfisema avanzado se ha observado que técnicas broncoscópicas de reducción de volumen mejoran la tolerancia al ejercicio, calidad de vida y función pulmonar a los 6-12 meses de seguimiento y, probablemente, en poco tiempo tendremos tratamientos biológicos para determinados pacientes«, añade Jesús Peñas de Bustillo. «El tabaquismo es el principal factor de riesgo de esta enfermedad, estando muy por debajo los contaminantes ambientales y laborales, el uso de biomasa o factores genéticos. Entre el 70-90 % de las personas diagnosticadas de EPOC tienen antecedentes de tabaquismo», señala García Aguilar, al tiempo que indica que las nuevas formas de tabaquismo, como los cigarrillos electrónicos, el vapeo y los dispositivos de tabaco calentado están siendo objeto de estudio para entender su impacto en enfermedades pulmonares crónicas. «Aunque estos dispositivos suelen promocionarse como alternativas menos dañinas al tabaquismo convencional, tienen efectos potencialmente perjudiciales para la salud pulmonar. Si bien, es cierto que algunos dispositivos podrían tener menos riesgos inmediatos en comparación con el tabaco convencional, pero en personas con EPOC, estas nuevas formas de tabaquismo podrían agravar la enfermedad, y en no fumadores podrían contribuir a su desarrollo. La mejor recomendación sigue siendo evitar cualquier forma de consumo de nicotina y productos inhalables para proteger la salud pulmonar», apostilla Domingo García Aguilar. En este sentido, los expertos coinciden que el paciente fumador con EPOC tiene más riesgo de cáncer de pulmón que el fumador que no sufra esta enfermedad, por la posible relación entre los mecanismos oxidativos y los antioxidantes, que se expresan diferencialmente en estos pacientes con enfermedades crónicas respiratorias, y que, por tanto, están implicados en el desarrollo del cáncer de pulmón. No obstante, estos pacientes no solo están más predispuestos a desarrollar un cáncer de pulmón, « si no también otras enfermedades, entre las que destacan, la patología cardiovascular (hipertensión arterial, cardiopatía isquémica, arritmias cardiacas, en especial fibrilación auricular, insuficiencia cardíaca o ictus), la respiratoria (apnea obstructiva del sueño, asma, bronquiectasias, fibrosis pulmonar, hipertensión pulmonar, cáncer de pulmón), diabetes mellitus, obesidad, desnutrición, insuficiencia renal, osteoporosis, enfermedades psiquiátricas (ansiedad y depresión), deterioro cognitivo, reflujo gastroesofágico, anemia o neoplasias«, señalan ambos especialistas. Los expertos hacen hincapié en el recordatorio de que «la EPOC es una enfermedad crónica progresiva, en la que, además de la terapia con broncodilatadores de forma mantenida y la correspondiente vacunación preventiva, resulta fundamental la realización diaria de ejercicio físico unido al abandono del tabaco », concretan. La EPOC constituye un problema sociosanitario de primera magnitud, debido, principalmente, al coste social y económico que conlleva esta enfermedad, así como su morbimortalidad y su elevada prevalencia que, según los datos del último estudio epidemiológico sobre la EPOC en España (estudio EPI-SCAN II) es del 11,8% en mayores de 40 años (14,6% en varones y 9,8% en mujeres) y en S evilla es del 8,1%.