¿Qué está pasando en Yucatán?
En este estado, en lo político mandó el bipartidismo del PRI y del PAN. El arribo de Morena al gobierno pasmó principalmente a líderes empresariales que percibían que el PAN repetiría, luego de la salida de Mauricio Vila como mandatario en Yucatán.
La mera expectativa de las acciones del nuevo gobernador Joaquín Díaz Mena, ‘Huacho’, ya eran suficientes para generar ansiedad. Este martes se sumó otro elemento: el ex gobernador panista solicitó licencia para separarse temporalmente de su actual cargo de Senador de la República.
Se sabe que solo estará fuera durante una semana, argumenta motivos personales. Pero el comal no está para salbutes.
Hasta ahora, el estado mantiene la estructura que le permite entregar datos ridículamente diferentes del resto del país en materia de seguridad.
Aquí va uno: El 65 por ciento de los adultos de la pobladísima alcaldía Cuauhtémoc en la Ciudad de México experimentó conflictos o enfrentamientos durante los tres meses que acabaron en octubre, de acuerdo con encuestas del INEGI. En Guadalajara, el 47 por ciento; en Monterrey, el 40 por ciento. ¿En Mérida, la capital yucateca? Un 14 por ciento.
Luis Felipe Saidén Ojeda comenzó con el PRI, siguió con el gobierno del PAN y continúa al frente de la Secretaría de Seguridad Pública en el gobierno del morenista Díaz Mena, lo que garantiza a los policías un liderazgo sólido y atípico en México.
Tal posición ha permitido a Saidén negociar durante anteriores mandatos la adquisición de tecnología, una red de cámaras de videovigilancia con software que integra inteligencia artificial; amén de aumentos salariales superiores al 50 por ciento para su equipo, créditos hipotecarios del Infonavit, incluso becas universitarias para hijos de los agentes.
Vaya, dejar el trabajo sale caro a los oficiales.
En los negocios, Yucatán pegó un salto en 10 años, durante la gestión de Ernesto Herrera como secretario de Fomento Económico. Hay algunas quejas sobre el resultado traducido en miles de coches que llenan las calles y también revelan una gran inmigración.
Desde otro enfoque, en ese plazo Yucatán avanzó del lugar 23 al 20 entre las 32 entidades federativas de México en términos de su aportación al PIB nacional. Rebasó a Chiapas, Quintana Roo y a Durango en relevancia económica.
En dólares, su PIB pasó de aproximadamente 20 mil millones anuales en 2013, a 28 mil millones el año pasado, de acuerdo con datos del INEGI y del Banco Mundial.
Los yucatecos decidieron elevar el tamaño de su economía por tres vías: la construcción y venta de inmuebles; los servicios, perceptible en la aparición de edificios de oficinas, centros comerciales como La Isla, The Harbor, City 32… y finalmente por la manufactura representada por empresas de autopartes como Leoni o acereras, como Steelex; además de autoparteras, fábricas de partes para aviones y tecnológicas como Soft Restaurant y Accenture.
La gestión del crecimiento económico quedó ahora en manos del joven Ermilo Barrera, graduado en Relaciones Internacionales por el ITAM, quien llegó del gobierno de Puebla, en donde fungió también como secretario de Economía.
Tendrá cerca el apoyo de su jefe, pero también el federal de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Ella quiere conectar el Tren Maya con el Puerto de Progreso, lo que ha generado en inversionistas la percepción de Yucatán como una frontera ‘cercana’ a Estados Unidos, a donde es posible enviar productos por barco más rápido que desde el Bajío.
Por eso destaca como el único estado del sur con atractivo para inversiones por ‘nearshoring’, en el Índice de Desarrollo Industrial de la administradora de parques industriales Finsa.
A través del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, Sheinbaum definió a los responsables de cada Corredor del Bienestar, la delegación de ese trabajo en el Corredor Maya quedó en manos de José Antonio Arce y Escamilla, quien ya promueve inversiones.
El ritmo actual de Yucatán anuncia crecimiento en la medida en que sostenga un nivel adecuado de seguridad y eleve el cuidado del agua, rubro en el que Finsa lo califica muy mal.
Díaz Mena está decidido a apoyar la economía digital de nueva generación, pero también el desarrollo de pueblos como Valladolid, que se convierten en ciudades.
Progreso aspira a duplicar el tamaño de su puerto. Habrá más que contar, próximamente.