Saquen los pañuelos: Déficit amenaza a empresas como Kimberly Clark México
Las productoras de alimentos y bienes de consumo en México enfrentan un reto logístico importante: la escasez de operadores de camiones. Este fenómeno afecta directamente a sus cadenas de distribución y encarece los costos operativos, dificultando la eficiencia en un sector marcado por alta competencia y la exigencia de un servicio de calidad.
Pablo González, director en Kimberly-Clark México, señaló en su conferencia con inversionistas que, aunque han realizado una inversión significativa para aumentar y fortalecer su flota de transporte, se han encontrado con dificultades para cubrir las vacantes de operadores necesarios para maximizar la capacidad de su nueva infraestructura logística.
“Aumentamos nuestra flota y la estamos utilizando de manera más eficiente. Sin embargo, no ha sido fácil conseguir todos los operadores de camiones que necesitamos en el país. Es un problema al que se enfrenta todo operador logístico. Así que estamos elaborando planes para poder atraer a más de esos operadores y esperamos que tengan toda la fuerza lista para el próximo año”, explicó González.
Gonzalo Fuenzalida, cofundador de Tranciti, empresa dedicada a la logística en América Latina, agregó que México enfrenta un déficit de 56 mil operadores de camiones, y se proyecta que esta cifra crezca a 106 mil para 2028.
“Actualmente el déficit de operadores en México es de 56 mil vacantes no ocupadas, según las cifras de International Road Transportation Union (...) Se proyecta que la situación no va a mejorar en corto mediano plazo, ya que para el 2028 se estima un déficit de operadores que llegaría a los 106 mil”.
Agregó que la tendencia se ve agravada en México por las condiciones laborales y la inseguridad. “El transporte de carretera enfrenta desafíos enormes, desde robos violentos hasta largas jornadas de trabajo que dificultan la atracción de nuevos operadores”, aseveró.
El impacto de la inseguridad en la logística
El robo de carga continúa es una de las principales problemáticas que afectan las cadenas logísticas en el país. De acuerdo con lo reportado por el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) en 2024 el 84 por ciento de los robos a transportistas presentaron algún tipo de violencia, en al menos en ocho de cada diez robos de carga.
Andrés Héctor Polti, director de transformación digital en AI27, destacó que la inseguridad en las carreteras mexicanas es uno de los principales desincentivos para los operadores.
“Cuando roban el camión, no solo pierden la mercancía, sino también su medio de sustento. Esto desincentiva aún más la entrada de nuevos conductores a la industria”, explicó.
Polti subrayó que los asaltos y secuestros, han convertido esta profesión en una opción poco atractiva para las nuevas generaciones por lo que la fuerza laboral poco a poco envejece en el país.
“El promedio de edad de los operadores en México supera los 35 años, lo que indica que no hay un relevo generacional claro. Muchos jóvenes no están interesados debido al nivel de peligro y las condiciones laborales actuales”, aseguró Polti.
Tecnología: una aliada clave
La inseguridad en las carreteras mexicanas representa un desafío crítico para los operadores de camiones. Sin embargo, la tecnología está transformando la manera en que se enfrentan estos riesgos. Según Polti, las soluciones tecnológicas han permitido a los transportistas protegerse mejor y optimizar su labor.
“Gracias a herramientas como sistemas de monitoreo con inteligencia artificial, ahora podemos predecir con alta probabilidad cuándo y dónde puede ocurrir un robo. Esto permite intervenir de manera precisa y oportuna”, explicó.
Además, la conectividad móvil ha sido clave para empoderar a los operadores. Grupos en redes sociales y aplicaciones de comunicación como WhatsApp se han convertido en redes de apoyo para coordinar cargas, alertar sobre riesgos y compartir información en tiempo real. Estas dinámicas no solo fortalecen la seguridad, sino también la eficiencia operativa.
A pesar de estos avances, Polti enfatizó que es necesario un enfoque estructural que combine tecnología con prácticas modernas de seguridad.
“La tecnología es una herramienta poderosa, pero debe integrarse con estrategias inteligentes para garantizar que el sector logístico sea sostenible y seguro”, concluyó.