INAI y la institucionalización de la corrupción
El Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI) va a desaparecer, según lo anunció la presidenta Claudia Sheinbaum, pero para entender su importancia vayamos un paso atrás. Es importante siempre recordar que tanto la constitución, como la división de poderes, como la creación de organismos independientes del ejecutivo, tienen una razón de ser muy clara: proteger a los ciudadanos del abuso de poder por parte de quienes integran el Estado, en otras palabras, mientras más instituciones y con mayor fuerza, menos poder tiene el ejecutivo o el legislativo o los militares, para pasarle por encima a los ciudadanos.
El INAI tenía, dos funciones muy claras: revisar cómo se gasta el gobierno el dinero de la ciudadanía y proteger los datos personales de los ciudadanos para evitar su mal uso. El instituto era una conquista democrática que tomó décadas construir para acabar con la tradicional opacidad del gobierno a la hora de rendir cuentas. Para hacer esto se requería que el organismo encargado de decirnos si nuestros gobernantes se están robando nuestro dinero, fuera independiente de la presidencia y por eso se le llamó “organismo autónomo”. Sin esta autonomía no tiene razón de ser, se convertiría en juez y parte a la hora de investigar y entregar la información de cómo se gastan nuestros recursos, lo cual siempre termina en corrupción.
Podemos afirmar sin lugar a duda y basados en la experiencia de las décadas que se tuvo con los gobiernos del PRI de antaño, que desaparecer el INAI tiene como propósito real permitirles a nuestros gobernantes poder robar a sus anchas sin ser cuestionados por nadie y sin que la ciudadanía se entere siquiera. Pensar lo contrario es completamente ingenuo y creerse el argumento esgrimido por nuestra presidenta de que se hace para “acabar con los privilegios de los consejeros del INAI” o que hay “mucho gasto injustificado”, es incluso ofensivo para cualquier ciudadano con tres dedos de frente.
Un gobierno que le quita las armas para defenderse a sus ciudadanos y que poco a poco se hace de más y más poder, no se va a tentar el corazón a la hora de decidir por sus intereses o defender a sus amigos, ni se va a controlar a la hora de robarse nuestro dinero, todo lo contrario, se va a perseguir a aquellos que se atrevan a alzar la voz o a defenderse de sus abusos. A un gobierno así se le llama tiranía.
Pero aún parece haber un poco de esperanza para otros organismos autónomos como la COFECE y la CRE. La victoria de Donald Trump le cayó como cubetada de agua fría a nuestro gobierno, que ahora evalúa seguir con sus planes de desaparecer a estas instituciones debido a que en 2026 viene la renegociación del Tratado de Libre Comercio con EU y Canadá, por lo que llegar a esta instancia como un gobierno totalitarista, sin contrapesos, ni reguladores independientes puede espantar a nuestros actuales socios comerciales que, con justa razón, argumentarían que la falta de libertad, transparencia e independencia es contraria al espíritu de libre competencia del tratado y puede prestarse a abusos por parte del Gobierno de México hacia los inversionistas extranjeros, como ya ha ocurrido. Veamos que deciden en Palenque… en Palacio Nacional.
De la protección de datos personales ya ni hablamos.
En otras latitudes digitales…
La próxima semana, el viernes 29 de noviembre se llevará a cabo el evento “Construyendo Inclusión desde el Bien+Estar” organizado por Talent Lab de Paola Carranco, entre los expositores destacan Dra. Marian Rojas Estape, psiquitara y autora de varios best sellers; así como Enríque Fernández, CHRO de BBVA o Cinthia González de VP de HR en Basf, entre otras personalidades del medio de los recursos humanos. El evento es online y puedes registrarte en el perfil de LinkedIn de Talent Lab LatAm.