La estrecha relación entre Trump y Musk inquieta a los republicanos
Con los republicanos tomando el control del Senado, es probable que muchos de los nominados para el Gabinete del presidente electo, Donald Trump, enfrenten un camino fácil hacia la confirmación, incluso algunos que podrían ser controvertidos. El mandatario estadounidense tiene como objetivo anunciar a todos sus seleccionados de nivel ministerial antes del Día de Acción de Gracias, lo que es un giro de 180 grados al manejo que dio al tema tras ganar las elecciones presidenciales de 2016, cuando apenas era un inexperto entrando a la arena política.
Todos los miembros de su Gabinete tienen en común ser conocidos personajes leales a la causa del trumpismo. De hecho, la nominada a fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, formó parte del equipo defensor del expresidente frente a sus causas judiciales, algo que en otro momento de la historia pareciera asustar a los escépticos, pero que, dado el fiasco del intento del congresista Matt Gaetz en ocupar ese puesto, el miedo al poco balance de poder queda desdibujado.
También a su lado ha estado el «primer compañero» Elon Musk, el multimillonario y CEO de Tesla, que una vez dijo que prefería «mantenerse fuera de la política» y luego dejó esa postura para recorrer Pensilvania en apoyo de Trump durante la campaña electoral.
Musk se ha asentado cómodamente, convirtiéndose en una figura central en la transición, instalándose en Mar-a-Lago y desatando una tormenta de tuits sobre su nuevo rol como asesor. Claramente, el sentimiento es mutuo. Ya sea permitiendo que Musk se una a una llamada telefónica con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, o nombrándolo para liderar una agencia destinada a reducir el gasto gubernamental, Trump evidentemente valora mucho su relación con el también multimillonario.
El fundador de Tesla supervisará el recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental, y desde que la noticia se conoció parece que el segundo al mando del Gobierno, el vicepresidente electo JD Vance, ha quedado a la sombra de los reflectores, lo que en el Capitolio ha llamado la atención de algunos republicanos, que han dicho bajo reservas a periodistas que les preocupa el rol elevado que pueda tener Musk.
Lo cierto es que Trump siempre ha sido transaccional. El hombre más rico del mundo utilizó su cuenta bancaria y su plataforma en redes sociales para impulsar la campaña del republicano, y ahora Musk está cobrando su inversión.
Expertos advierten, sin embargo, que Musk no es la única figura a observar en los próximos cuatro años en Washington. Y es que el poder que Trump podría ostentar en su segundo mandato viene anclado a propuestas ultraconservadoras enmarcadas en el llamado Proyecto 2025, pero que ahora parece revivir. El republicano ha nominado a varios autores o colaboradores de esta controvertida agenda presidencial conservadora para ocupar cargos en su Administración.
En un mitin el 20 de julio, Trump había calificado las propuestas políticas del Proyecto 2025, que incluyen restricciones al acceso a píldoras abortivas, anticonceptivos y Medicare, así como la eliminación de algunas agencias federales, como «extremas, seriamente extremas».
«Yo no sé nada al respecto. No quiero saber nada al respecto», dijo anteriormente, a pesar de tener numerosas conexiones con los autores y colaboradores del proyecto. Se trata de un manual de más de 900 páginas elaborado por el grupo de expertos conservador The Heritage Foundation, diseñado para guiar a la próxima Administración conservadora tras su llegada a la Casa Blanca.
De todo este grupo, al menos tres nombres serán importantes dentro del Gabinete. El de Brendan Carr, nominado por Trump como presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés), y quien es el autor de las recomendaciones del Proyecto 2025 para la FCC, que incluyen una prohibición de TikTok, restricciones a la moderación de las redes sociales, y más.
Russ Vought, autor de un capítulo sobre la «Oficina Ejecutiva del Presidente» en el documento «Mandato para el Liderazgo: la Promesa Conservadora» del Proyecto 2025, está siendo considerado para un puesto a nivel de gabinete en la próxima Administración y ha sido evaluado por el equipo de transición de Trump.
John Ratcliffe, listado como colaborador que asistió en el desarrollo y redacción del Proyecto 2025, ha sido nominado como director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Se trata de un congresista republicano de Texas durante tres mandatos, que también fue director de inteligencia nacional desde mediados de 2020 hasta el final del primer mandato de Trump. Y quizá el más visible es Tom Homan, exdirector del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), quien ha sido designado como el «zar fronterizo» de Trump, un puesto que no forma parte del Gabinete oficial.
Homan, quien se espera que esté a cargo de las deportaciones masivas prometidas por la campaña de Trump, figura como colaborador del Proyecto 2025, participando en su desarrollo y redacción.