En un clima crecientemente enrarecido, primero por la declaración explosiva ante el juez del comisionista Víctor de Aldama , que señala por cobro de mordidas a, entre otros, el número 3 del PSOE, Santos Cerdán; y después por la exclusiva de ABC sobre el líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, que el próximo viernes declara como testigo ante el Tribunal Supremo en la causa contra el Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, se celebra este fin de semana el 41 Congreso Federal del PSOE en Sevilla. Sin discusión, como es obvio, sobre la reelección de Pedro Sánchez como secretario general, la incógnita se centra en cómo configurará su nueva Ejecutiva. Lo primero es la ratificación de su número dos, tanto en el partido como en el Gobierno, María Jesús Montero, que parece descontada. Y lo segundo, y donde surgen más dudas, es sobre el futuro del propio Cerdán, quien si bien ha ganado más peso político que nunca en el último año —merced a su labor de negociador principal con Junts per Catalunya, viajes secretos a Ginebra incluidos para ver a Carles Puigdemont — también pesa sobre su figura esa acusación de Aldama. Lo que ocurra al final solo está en la cabeza de Sánchez, desde luego, y puede que ni siquiera esté cerrado aún al cien por cien. Pero las pistas y la impresión de los dirigentes socialistas consultados por este periódico apuntan en dos direcciones. Una, que no habrá ceses sonados, o dicho de otra manera, que Cerdán continuará en su cargo. Y otra, que la principal novedad o será la concejal en Madrid, Enma López (Vigo, 1986), alta funcionaria de Hacienda y Seguros del Estado y persona de larga trayectoria en el partido, que ha sido uno de los puntales en la organización del cónclave. Algunos la ven como posible portavoz en sustitución de Esther Peña, en el cargo desde hace un año, tras sustituir a la ahora portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. Y otros apuntan que eso podría no ser más que la pista de despegue hacia cotas mayores, al menos en el ámbito madrileño, donde bien podría convertirse en la apuesta de Ferraz para liderar el Partido Socialista de Madrid (PSM), siempre con permiso del propio Juan Lobato, quien una y mil veces ha manifestado su intención de continuar al frente del partido. Después del Congreso Federal, que se celebra con un año de anticipo sobre el calendario previsto, pues el anterior tuvo lugar en 2021 en Valencia, tendrán lugar los congresos autonómicos y se renovarán buena parte de sus liderazgos. Madrid es un caso en disputa, por el creciente distanciamiento entre el PSM y la cúpula de Sánchez, que ayer vivió otro episodio más agudo aún, cuando nadie del Gobierno o del partido cerró filas con Lobato. Pero hay más lugares con aguas revueltas. El más revuelto de los territorios es Castilla y León, donde el calendario de primarias ya provocó un roce de importancia con el líder autonómico, Luis Tudanca , un sanchista de pro desde siempre que sin embargó se reveló contra la dirección y, muy en especial, contra los métodos de Cerdán en el aparato. En Aragón la salida del veterano expresidente autonómico Javier Lambán no tiene aún solución, y la ministra Alegría, en principio llamada a ocupar su puesto, no ha dado el paso al frente pertinente. Tampoco está clara que siga Juan Espadas como líder del PSOE andaluz . Las federaciones acumulan frustración por el fracaso en las autonómicas de 2023 y desconcierto por escándalos como el del 'caso Koldo'..
