Por fin, acariciando ya diciembre, los
Boston Celtics han alcanzado su máximo poder o, por lo menos, han dado una muestra de lo que pueden hacer con esa dimensión superior que les da su unicornio
Kristaps Porzingis. En la vuelta a las pistas del letón medio año después -su último partido había sido el Game 5 de las Finales-, el campeón reinante acribilló a uno de los equipos del momento, estos sorprendentes Clippers sin
Kawhi Leonard y liderados por un
James Harden en declive que se presentaban como quintos del salvaje Oeste (126-94).
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