Ante la celebración del octavo centenario de la actual catedral gótica, el año 2026, el Cabildo de la catedral primada de Toledo continúa el programa de restauraciones que comenzó hace diez años, con la restauración de la sacristía y la apertura de la pinacoteca y del Museo de Textiles y Orfebrería, con ocasión del año de El Greco, y siguió en 2019 con la restauración de la Sala Capitular. Las nuevas intervenciones, que se vieron interrumpidas por la pandemia, afectan tanto a algunos espacios emblemáticos del edificio como a numerosas piezas de orfebrería y a pinturas conservadas en su pinacoteca. Entre las intervenciones más significativas caben destacar la restauración del retablo de la capilla de san Eugenio y el conjunto de la antesala Capitular. Además, en lo que se refiere a orfebrería, ha comenzado la restauración de algunas de sus piezas más valiosas, fechadas desde el siglo XV al siglo XVIII , todas ellas de elevada factura artística e importancia histórica, entre las que destacan las arcas-relicario de san Eugenio y de santa Leocadia. Con la colaboración de la Fundación Impulsa Castilla-La Mancha, y con vistas a la gran exposición que se realizará con ocasión del octavo centenario , está ya muy avanzada la restauración del conjunto de pinturas del retablo de la capilla de san Eugenio, del siglo XIV, con sus once obras artísticas: diez óleos sobre tabla y una escultura de bulto redondo, dorada y policromada. Las tablas de este retablo, de exquisita factura, son obra del pintor gótico italiano Gherardo Starnina, del siglo XIV, con añadidos de Juan de Borgoña, en el año 1500. Estas tablas formaron parte del primitivo retablo de la capilla Mayor, anterior al actual mandado hacer por el cardenal Cisneros. En este retablo destaca, además, la hermosa escultura en bulto redondo, dorada y policromada, de San Eugenio, obra de Copín de Holanda, del año 1517. Junto a las pinturas de este retablo, se está procediendo, además, a la restauración de catorce óleos sobre lienzo de los pintores barrocos Pedro de Orrente, Eugenio Cajés, Vicente Carducho y Carlo Saraceni. Con vistas a completar la restauración del conjunto de la Sala Capitular, cuya primera fase concluyó el año 2019, y que vio interrumpida su continuación por las consecuencias de la pandemia, que obligó a cerrar el templo primado a la visita cultural durante un año, este mes de noviembre han comenzado los trabajos de restauración de la Antesala Capitular . La restauración de estas dependencia, para las que se cuenta con la colaboración de la Fundación ACS, incluye tanto la portada gótica, obra de los escultores Antonio Gutiérrez y Diego Copín de Holanda, realizada entre los años 1504 y 1510, como del conjunto de la antesala, conformado por las pinturas al fresco de Juan de Borgoña, de 1511, que ocupan la estancia entera. Se incluyen también los armarios de nogal tallados por los escultores Gregorio Pardo, en 1551, y Gregorio López Durango, en 1780; el minucioso alfiz mudéjar, portada de entrada a la Sala Capitular; el artesonado renacentista de madera policromada y dorada; y el propio espacio arquitectónico, obra de Enrique Egas y Pedro Gumiel, entre los años 1504- 1512. Su interior es de estilo 'Cisneros', combinación del gótico flamígero y último mudéjar. De forma rectangular los laterales están cubiertos por los citados armarios, que sirven para archivar las actas capitulares. Los del muro izquierdo, labrados entre los años 1549 y 1551, por Gregorio Pardo a instancias del cardenal Silíceo, los de enfrente son copia de los anteriores realizada en 1780 por Gregorio López. Las pinturas murales del friso tienen una decoración vegetal realizada por Luis Medina, Diego López y Alonso Sánchez según las trazas de Juan de Borgoña, en 1511. La portada que da acceso a la sala capitular fue realizada en 1510 y es de yeserías moriscas o mudéjares. La primera fase de restauración del conjunto de la Sala Capitular acometida íntegramente por el Cabildo Primado, que contó con la colaboración de la Fundación ACS, se realizó el año 2018. El 22 de enero de 2019, víspera de la solemnidad de San Ildefonso, el Cabildo presentó la restauración efectuada, que permitió recuperar todo su esplendor original y constituye un conjunto único, tanto por las pinturas de Juan de Borgoña, como por la galería de retratos de los arzobispos de Toledo, sin olvidar el impresionante artesonado mudéjar. Por iniciativa del cardenal Cisneros en el siglo XVI fue creada la nueva sala capitular con dos estancias, una antesala y la sala propiamente dicha, sustituyendo a la antigua que estaba en la Capilla Mozárabe. Entrando en ella destaca el artesonado dorado y policromado, realizado por el famoso tracista Diego López de Arenas y ejecutado por Francisco Lara. Toda la estancia está rodeada por pinturas al óleo sobre el muro de yeso, que representan escenas de la Vida de la Virgen, separadas por columnas fingidas, pintados por Juan de Borgoña en 1508. Los muros frontal y de acceso ofrecen tres escenas de la Pasión y el Juicio Final, respectivamente. Debajo de estas pinturas se encuentra la serie de 32 retratos de los Arzobispos toledanos, pintados por Juan de Borgoña. A partir del cardenal Tavera, lo ejecutaron insignes pintores, como: Comontes, Carvajal, Tristán, Rizi, Goya ó Vicente López, entre otros. La silla arzobispal es obra de Copín de Holanda y fue tallada en 1509. En el Ochavo de la Catedral se conservan las arcas-relicario de san Eugenio y santa Leocadia. La primera fue realizada en 1569 por Francisco Merino y Nicolás de Vergara. Es un arca de plata en su color con partes doradas, en forma de urna, de tres cuerpos decrecientes en altura, asentados sobre cuatro garras. En el piso superior destaca en su frontal la escena de la entrada de las reliquias de san Eugenio a Toledo. El arca-relicario de santa Leocadia fue labrado también por Francisco Merino en 1593. Es de plata en su color con partes doradas. En el primer cuerpo se alternan escenas en relieve de la vida y culto de la santa. Junto al trabajo de restauración de la Antesala Capitular y de las referidas obras de orfebrería y de pintura, el Cabildo se dispone a afrontar la restauración del interior del Transparente y, a medio plazo, tiene prevista la ampliación de la pinacoteca, con la apertura de una nueva sala en la que se expondrán obras que se conservan en la catedral pero que, en la actualidad, no se pueden mostrar a los visitantes.