Marco Pérez: Gasto público y crecimiento de la economía en 2025
Analizando el paquete económico presentado por el Ejecutivo Federal para 2025, como lo apunté en mi artículo de la semana pasada, las proyecciones en materia de crecimiento económico que presenta la Secretaría de Hacienda, son demasiado optimistas, al grado de que incluso pronostican un mayor crecimiento para el próximo año, cuando todos los analistas, nacionales y extranjeros, esperan un menor crecimiento para el próximo año, con riesgo incluso de caer en una recesión.
La argumentación que presenta Hacienda, para justificar su proyección de crecimiento real del PIB para 2025, de entre 2 y 3 por ciento, la basan en un continuado e incluso mayor dinamismo del consumo, el cual establecen como el motor del crecimiento del PIB, sin embargo, las últimas cifras proporcionadas por el INEGI, en materia de consumo privado, del 4 de Noviembre pasado, siguen mostrando una tendencia a la desaceleración, y en agosto solo aumentó 0.2 por ciento con relación al dato del mes anterior, y si bien contra el dato de agosto del año pasado aumentó en un 2.3 por ciento, hay una importante caída al considerar que el dato acumulado de Enero a Julio el crecimiento fue de 3.6 por ciento, y ya son tres meses consecutivos con tendencia a la baja.
Es decir, los últimos datos sobre el consumo privado reportados por el INEGI, apuntan a una clara desaceleración, por lo que las proyecciones en el sentido de que incluso va a crecer más en 2025, no tienen sustento alguno.
Ahora bien, ¿cuál es la proyección para el gasto público? Bueno, pues en este punto la evidencia es aún más desfavorable, ya que en este año 2024, en efecto, el gasto presupuestal estuvo apuntalado por un gasto creciente cuya tasa de aumento superó incluso el 12 por ciento real, con un importante impulso al consumo y al crecimiento del PIB, sin embargo, para 2025, el Gasto Programable pagado tendrá un crecimiento nominal nulo, por lo que en términos reales la caída será de un 4.6 por ciento, es decir, el Presupuesto Público será recesivo, por lo que proyectar un PIB creciente, cuando el Presupuesto de la Federación tiene crecimiento negativo, de casi 5 puntos porcentuales, pone de manifiesto la poca seriedad de las proyecciones oficiales.
En las proyecciones del crecimiento del Gasto que presenta la Secretaría de Hacienda, (y en general de todas las variables) normalmente comparan los valores de 2025, contra los valores de lo “aprobado” para 2024, y así, por ejemplo, determinan que el Gasto tendrá un crecimiento negativo de 3 por ciento, sin embargo, las comparaciones deben realizarse contra el monto “estimado” de cierre del año, y no contra el monto autorizado por el Congreso, porque de hecho, la propia Secretaría ya informa que se van a exceder en el ejercicio del gasto, versus lo que les aprobó el Congreso, de tal suerte que ese gasto que se va a ejercer, debe ser la base de comparación para determinar el crecimiento a decrecimiento real para el próximo año.
Al comparar el Gasto 2025 versus el estimado de cierre 2024, (por la propia SHCP) la caída real es mayor al 3% opr cientoque consignan, por lo que el impacto recesivo del Gasto Público 2025 es mayor, de un 4.6 por ciento, lo que hace más inverosímil la proyección de que la economía crecerá más en 2025.
Y no nada más el gasto de consumo habrá de reducirse en términos incluso nominales en 2025, sino también el gasto de capital, ya que la inversión física que contempla el presupuesto presentado al Congreso, es de solo unos $836 mil millones de pesos, lo que representa una caída real del 13%, por lo que el efecto multiplicador de la inversión en el PIB caerá fuertemente, terminando por confirmar que el presupuesto federal es claramente recesivo.
Y vamos que de los dos puntos de reducción al déficit que se propone, solo un 30 por ciento del ajuste es vía menor gasto (70 por ciento vía mayores ingresos) por lo que una mayor reducción en el gasto, podría conducir a una recesión.
Si el crecimiento del PIB que contemplan nuestras autoridades no se materializa, los ingresos tributarios, principal fuente de financiamiento del gasto, tampoco se obtendrán, por lo que el déficit sería mayor al proyectado, situación que ya contemplan las principales calificadoras, y HR Ratings (al igual que Moodys) ya cambió la perspectiva de su calificación a negativa, antesala de una degradación.
La pérdida del grado de inversión de la deuda mexicana, ocasionará una salida de capitales, ya que por normatividad, a los fondos extranjeros no se les permite invertir en valores sin grado de inversión, y se generan presiones devaluatorias, así como también se encarece el costo del dinero para el País, con los consecuentes impactos negativos en las finanzas públicas y en el crecimiento del PIB.
Lo preocupante, es que la noche empieza a caer muy temprano para este gobierno.