Había sido detenido por robo el martes 26 de noviembre, por la mañana. Llegada la tarde, se le ocurrió que podía ser una buena idea fingir una lesión y pedir que fuera trasladado a un hospital . Eso ocurrió y, cuando los policías nacionales que lo custodiaban llegaron, se encontraron con una imagen que no esperaban: «decenas de familiares» se arremolinaban allí armando mucho lío para que, entre la confusión, el supuesto herido pudiera escapar. El suceso ha ocurrido en Granada y, según ha confirmado la Policía Nacional, el protagonista es un hombre de 29 años que estaba en la comisaría esperando ser llevado ante el juez por la presunta comisión de un delito de robo. En torno a las seis de la tarde, el individuo fingió estar padeciendo una lesión ósea y se autorizó su traslado a la unidad de Neurotraumatología del Hospital Virgen de las Nieves . Allí le esperaban sus familiares y amigos. Según publica el diario Ideal, unos setenta. La Policía Nacional no confirma la cifra pero entiende que es bastante posible que así fuera. Su actitud, más que violenta, era alborotadora , aunque uno de los participantes roció un pasillo con gas pimienta. Fue «espectacular», en palabras de un portavoz policial. Los agentes no tuvieron más remedio que pedir refuerzos, porque estaban en clara minoría. También lo estuvieron cuando sus compañeros llegaron, pero al menos aquello sí les permitió encauzar la situación . Mientras tanto, el supuesto herido intentó autolesionarse hasta en tres ocasiones. Su intención era quedar ingresado en el hospital para que así sus familiares pudieran seguir ayudándole. No consiguió su objetivo y, tras dos horas de trifulca, fue de nuevo conducido a los calabozos de la comisaría central. Dos agentes policiales resultaron heridos, aunque de carácter leve, y no hubo ni lesionados ni detenidos entre los familiares del detenido.