Blanco y negro, lleno y vacío, orden y caos, rutina e improvisación. La obra del artista Gorka Chillida (San Sebastián, 1991) se ha movido siempre como una forma de oposición entre contrarios, como una forma de buscar el equilibrio entre lo que se muestra como opuesto. La exposición que se ha inaugurado este viernes en el Palacio de Congresos de Córdoba abunda en ello. 'Concentración, orden y rutina', la muestra que ya se puede visitar y que ocupa varias salas del edificio de la calle Torrijos , es una muestra realizada por petición del Palacio de Congresos e inspirada por la ciudad y por el arte de la Mezquita-Catedral. Conoció las estrellas de ocho puntas de su decoración y buscó en ellas. De allí y de su geometría salió la exposición, que combina la escultura con el dibujo, aunque con más presencia de este último. El control es la clave para entenderlo todo, porque Gorka Chillida afronta el arte de una forma en que necesita saber dónde empieza y dónde acaba. Nació en una familia de artistas, marcada por la presencia de su abuelo, el escultor Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924-2002) comenzó con los animales: «Como loco del control, ahí sí que sabía dónde esta el final. Luego seguí por los árboles , de los que no hay dos iguales». Y desde ahí, dijo este viernes, hasta algo que no tiene que ver con lo figurativo ni con la persona. «Me costó muchos traducirlo todo a otro lenguaje, al dibujo, porque nunca quise dibujar», reveló el autor. En la exposición en el Palacio de Congresos de Córdoba hay esculturas de formas geométricas que dialogan con el vacío. Remiten a realidades bien conocidas, como 'Vela' o 'Ermita', en algunos de los títulos, aunque sea el espectador el que tenga que encontrar en las formas curvas y en los ángulos cóncavos y convexos la razón de lo que expresa. ' Simetría ', 'Cavidad' o 'Hueco' muestran a las claras la voluntad de Gorka Chillida de mostrar su escultura en acero como una forma de diálogo con el vacío, y tampoco falta uno de sus árboles, en que recrea un añoso tronco lleno de nudos. El grueso de la muestra, eso sí, lo forman los dibujos, realizados en acrílico sobre lienzo, y marcados aquí por la forma del hexágono, que el artista acomete sin escuadra ni cartabón, sino directamente con una mano que es capaz de seguir la línea recta. Ha sido sorpresa incluso para él. «Busco similitudes y analizo caminos », dice en el texto con el que presenta una muestra que incide bastante en la del equilibrio constante. El blanco y negro abunda en sus obras, pero también entran por primera vez ciertos colores fuertes, que llaman la atención. Y en sus formas, el hexágono adquiere también una cierta suerte de figuración. Gorka Chillida confiesa que cuando comienza a dibujar no tiene un plan definido, pero de ahí comienza a salir una obra. No es figurativa , pero la inspiración le lleva por caminos que pueden dar un sentido. Así, el espectador creerá encontrar un camino, un accidente geográfico visto desde arriba, la forma en que discurre un río entre rocas, o un golfo que entra en la tierra con el azul del mar. Incluso una melena o una rosa , porque también la naturaleza en estos aspectos tiene su geometría. Todo fruto de una profunda meditación con la que el autor afronta su creación todos los días, como confesó: «Buso un un punto medio, ya no hay contraste, intento equilibrar y entender».