Las adopciones se desploman: hay casi un 90% menos que hace 25 años
No hay un perfil concreto de familias que desean adoptar a un menor pero sí un deseo común: dar el mejor futuro posible a un niño que en su país de origen tendría las cosas bastante más complicadas que en España. Sin embargo, las adopciones internacionales ha caído en picado en los últimos años. Si en el año 2000 rondaban las 3.000 al año, la última cifra publicada desde la Dirección General de Infancia habla de solo 153 niños en 2023. Es más de la mitad que tres años atrás, justo antes de la pandemia, cuando se registraron 375 casos. Pero ¿qué ha ocurrido para que la bajada a lo largo de los últimos 25 años sea tan acusada? Muchas de las claves las conoce una gran experta en la materia: Consuelo Ibarra lleva desde 2001 coordinando el centro de adopción y postadopción KUNE, una agrupación de entidades que comenzó en 1997 con la catalana Créixer Junts, «Se empezaron tramitando 170 expedientes solo de Rusia», recuerda Ibarra.
Ahora las cifras son bien distintas. De 375 en 2019 se pasó a 196 expedientes en 2020, 171 en el año 2021 y 179 en 2022.
Uno de los motivos que explican este descenso tan radical es, según la experta, el cambio (a mejor) de muchas políticas relacionadas con Asuntos Sociales en muchos de los países de origen de los menores. «La adopción internacional es subsidiaria; es decir, desde los países de origen siempre van a promover la permanencia del menor en el propio país, bien con recursos institucionales o en familias de acogida de allí». Sin embargo, otros expertos señalan que muchas de estas mejoras no son más que un «lavado de imagen» del país en cuestión para no proyectar su incapacidad de cuidar a sus propios menores y tienen que mandarles al extranjero para poder tener un futuro digno. Desgraciadamente así sigue siendo en muchos casos.
Otra de las cuestiones que señala la experta es la necesidad por parte del Gobierno central de abrir procesos a países con necesidades de adopción y que son firmantes del Convenio de La Haya, un requisito indispensable porque garantiza que se comprometen a seguir una normativa común durante todo el proceso. «Muchos países se han ido cerrando por seguridad; es decir, porque no se podía garantizar la integridad de las familias que viajan allí como Haití, Ghana o Camboya pero es necesario incorporarlos para dar cobertura a muchas familias que están a la espera», sostiene Ibarra. Y es que la media de un proceso de estas características es de cuatro años aunque depende mucho del perfil del niño que solicita la familia y del país donde reside.
El tema de la seguridad, también sostienen otras fuentes, es muy relativo. «Hubo algún país que cerró porque mataron a una pareja de franceses que había ido a recoger a un niño pero el suceso ocurrió porque ellos desgraciadamente no siguieron las normas de seguridad y salieron del aeropuerto por su cuenta y se metieron en un lío, no tenía nada que ver con el tema de la adopción», sostiene esta fuente. «En los últimos años se abrió Senegal (cerrado hasta 2012 por el mismo motivo) y ahora se ha vuelto a abrir y en 2020 se cerró Rusia porque no era firmante de La Haya y se ponían muchas trabas desde la administración rusa», aseguran desde KUNE.
Las trabas, al parecer, van relacionadas con las reticencias de Rusia a que niños de su país vivan en uno como el nuestro donde hay «demasiados» avances sociales, como el hecho que las parejas homosexuales puedan casarse y adoptar, algo impensable para la mentalidad del Kremlin. De hecho, de las 2.573 adopciones internacionales registradas en 2011, 712 fueron de niños procedentes de la Federación rusa, seguidas de las registradas en China, desde donde también vienen menos niños a raíz de la pandemia pasando de 82 en 2019 a solo 4 en 2023.
Sin embargo, Ibarra insiste en que ya hay muchos países que se podrían abrir porque ya lo están para otros países de la UE e insta al Gobierno a que lo haga.
Pero sin duda otro de los motivos de mayor peso en esta brusca caída de las adopciones es el avance en las técnicas de reproducción asistida. «Antes, que una pareja con dificultades para concebir de forma natural era uno de los principales motivos por los que se lanzaban a la adopción pero hoy en día vemos a parejas que lo han conseguido cerca de los 50 años, por ejemplo». Y eso que el tope de edad para que autoricen una candidatura de adopción es que la diferencia de edad entre el mayor de la pareja y el menor adoptado no supere los 45 años. Y esto también ha cambiado mucho. Según Ibarra –que insiste en la necesidad de que organizaciones como la suya sean subvencionadas por la Administración–, «antes se buscaba mucho más a bebés pero ahora la gente es muy consciente de la realidad de muchos países y están dispuestos a acoger a niños de hasta 10 años y con enfermedades, lo cual creo que es algo a elogiar».
Actualmente Vietnam, India y Colombia son los países con mayor número de adopciones constituidas.
Aún así, sigue siendo Asia el continente desde donde vienen más niños (91), seguido de América Latina (33), Europa (16) y África (13).
En Europa, según el último estudio de Infancia, solo se han mantenido las adopciones de niños nacidos en Hungría (13) y República Checa (1). La excepción a la caída de las adopciones se produce en países africanos. Los expedientes han ido aumentando, principalmente en Madagascar, desde donde llegaron 9 niños en 2023 y Costa de Marfil con 4 menores.